Hablamos mucho en el foro de astrología astro.com sobre los conceptos relativos a la feminidad... Hoy voy a escribir sobre la Triple Diosa, una de cuyas representaciones propongo en esta imagen. A sus pies veréis el león (tradicionalmente considerado un símbolo masculino.., mientras que en algunos ámbitos chamánicos es considerado un poder femenino de nutrición y protección.., sin olvidar la carta de La Fuerza, en el tarot: un león con las fauces abiertas que es dominado por una mujer). También veréis el loto en esta ilustración.., otro de los símbolos universales de la compasión.
Las representaciones más antiguas de lo que consideramos "divinidades" que se han encontrado, en el Paleolítico, tienen formas femeninas algo más que evidentes. Con esto, desde luego, no quiero erigirme en defensora a ultranza de ninguna idea feminista recalcitrante, ni tampoco en buscadora del retorno a un supuesto matriarcado ideal y perdido.., porque nunca lo he sido ni nunca lo seré. Es un hecho la existencia de estas representaciones pétreas, sin embargo (como la orondísima, de rotundas formas, Venus de Willendorf.Los antropólogos y arqueólogos no están del todo seguros, ya que resulta evidentemente difícil encontrar pruebas que avalen estas teorías, pero es muy posible que este tipo de "diosas" fueran un símbolo de fertilidad y de la Naturaleza para los pueblos primitivos.., en una época donde el número de miembros de una tribu podía significar la evidente diferencia entre la vida y la muerte.., frente a cualquier agresor o catástrofe externos.
Posteriormente, la imagen de la Gran Madre, de la Diosa, se asoció con la Luna, que con sus ciclos nos habla de la existencia de otros; entre ellos, los curiosamente similares ciclos menstruales femeninos. La Diosa, entonces, comenzó a ser una Diosa Triple, al igual que las fases de la Luna (llena, creciente, menguante). La Luna Nueva, inexistente e invisible a los ojos de los mortales, representa el estado de la inexistencia, la nada, lo que aún no se larva, la muerte.Estos tres aspectos, Doncella (Luna Creciente); Madre (Luna Llena); Anciana (Luna Menguante), representan, a su vez, tres rostros o facetas distintas de la misma divinidad.
La Doncella Virgen es el aspecto más joven de la Diosa, obviamente. Ingenua, seductora, enamorada y curiosa, representa el inicio, la primavera y el renacimiento de la vida.La Madre, Luna Llena, es el aspecto maduro de la Diosa, maternal y compasiva. Protectora de sus hijos (y devotos), representa la madurez del ser humano, se relaciona con el verano y el comienzo del otoño, cuando la Naturaleza ofrece la cosecha y sus primeros frutos. Ha sido tradicionalmente invocada para la maternidad, la protección, la fertilidad, las cosechas, e incluso las relaciones estables.
La Anciana, Luna Menguante, es el tercer y último aspecto de la Diosa-Luna, y se corresponde con la vejez. Representa la sabiduría, su estación regente es el otoño avanzado-invierno, y se la invoca para asuntos relacionados con el conocimiento, la vejez y la muerte. Adorada por los creyentes y vinculada a los aspectos más oscuros de las sabidurías arcanas, en más de una ocasión ha sido relacionada con la brujería.
Las tres partes no son separables de la unicidad de la Diosa; son facetas de ella: Doncella, Madre y Vieja Bruja. Son una especie de descripción de la "diosa interior", puesto que esa Diosa, o energía creativa del mundo, forma parte de cada uno de los tres niveles espirituales del ser femenino. La Virgen Creadora. La Adulta Realizada. La Anciana Sabia... La Triple Diosa es un arquetipo interno, un modelo que todas las mujeres poseemos, y con el cual podemos fluir para vivir integralmente desde un centro interno iluminado, provisto de energía vital, autoestima, vinculación, sabiduría, espiritualidad y regeneración.
¡Besotes!
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