Estaba yo haciendo mis prácticas de Karuna Reiki, centrándolas en lo que considero que es mi obligación (trabajar), cuando de repente se me han venido a la cabeza una serie de ideas muy claras y precisas, acerca de las cuales quiero comentaros hoy, por si a alguien que ande por ahí (nunca se sabe, con esto de las redes sociales, quién está "a la escucha") le sirven para algo.
Reiki Karuna es una experiencia increíble, que va más allá de los límites que yo anteriormente me había puesto a mi misma. Hoy me lo decía una alumna: "¿Es que nunca paras de aprender?". Pues efectivamente: nunca paro. No me creo para nada superior a nadie en este mundo, y sé que toda mi vida ha sido desde el inicio un largo camino de perfeccionamiento. ¡Y lo sigue siendo! Por eso trabajo, estudio, investigo, me formo, me informo sin descanso: porque sé que, cuanto uno más sabe, mayor es su responsabilidad. Hay mucha gente (a la que no quiero "salvar de nada", por supuesto: aparecen en la mayoría de los casos sin que yo les busque) que me requiere para que les cuente mis experiencias en esta vida que ahora vivo. Bien: pues es lo que hago, y únicamente a lo que aspiro. Solamente quiero contaros mi propia canción, mi propio sueño, y si a alguien este curioso y sorprendente camino le sirve para algo, aunque sólo sea de consuelo, ¡bien está!
Lo que quiero decir con esto es que me pongo en las manos de la Voluntad Mayor, porque mi mente finita no es capaz (ni lo sería nunca, por más que yo estudiara hasta el último aliento) de comprender al 100% los maravillosos engranajes del mecanismo que es la urdimbre de todo el Cosmos. Lucho día a día para controlar mi Ego (con éxito desigual, admito) y trato de "traducir" a mis hermanos la suma de experiencias que he vivido (más intensamente desde hace como unos 7 años a esta parte, tengo que aclarar).
Y por cierto: desde este balconcito que se asoma coquetamente a los paisajes de la Red de Redes tengo que agradecer la inestimable bondad y generosidad de mi maestra de reiki Karuna, Marcela M. Ibáñez, por ofrecerme esta oportunidad (que bien sabe ella que la necesitaba, ¡y de qué forma!), y por lo cual me siento en deuda con ella... Mil gracias Marcela, ¡bendiciones para ti siempre!
Es algo curioso, pero a raíz de mis iniciaciones en Karuna, algunos de mis alumnos han empezado a tener algunas curiosas "experiencias" en relación a supuestos (y digo supuestos porque no se pueden demostrar) sucesos de índole kármica que teóricamente me habrían afectado a mi personalmente.., y a los cuales he podido tener acceso por medio de diversos métodos que ahora no vienen al caso. Lo raro de la cuestión no es que esos acontecimientos sean reales o no (los límites de la realidad y de la irrealidad no son tan absolutos como la Ciencia nos ha transmitido, desde su buen hacer indudable, en el transcurso de las generaciones). ¡Lo raro es que mis alumnos hayan podido tener acceso a ellos! Bueno: digo "lo raro" porque estoy escribiendo para el común de los mortales, y el común de los mortales piensa que es raro que una persona determinada pueda "ver" cosas relacionadas con unas "supuestas vidas pasadas" de otra... ¡Desde luego, soy consciente de qué raro suena! Más concreto y claro: suena a desequilibrio, a andar no muy bien de la azotea, a estar más o menos como las maracas de Machín, y cosas así.
... Pero ay, amigos: como decía aquel buen replicante moribundo de la famosa película "Blade Runner" (mi pareja se ríe de mi habitualmente con esta frase, porque dice que me le parezco XDXD), "he visto cosas que vosotros no creeríais").
No os voy a contar un rollo metafísico, no... No lo voy a hacer porque no tengo derecho a interferir de sopetón en las creencias del personal (¿nadie se ha preguntado nunca por qué, normalmente, los grandes maestros espirituales son tan parcos en palabras?). Yo no soy un gran maestro espiritual ni por el forro, pero sí que sé que hay cosas que mejor "no meneallas". El caso, y a lo que voy, es que alguno de mis alumnos (concretamente, "alguna", pero hoy no voy a dar ni siquiera su nombre de pila; la estoy protegiendo, así que la llamaré "Bellota", y ella ya me entiende si lee esto) ha dado con una cosa sorprendente, relacionada con mi pasado kármico y con el presente de otra persona.
Veréis: uno tiene que ser muy cuidadoso, muy estricto, muy higiénico con las cosas que divulga... Hay veces en que uno tiene la necesidad de ir corriendo a contarle a otro semejante las experiencias alucinantes que le están ocurriendo, pero se corta. Incluso hay veces en que, cuando falta experiencia, uno empieza a dudar de sí mismo, de sus propias capacidades e intuición. Otros tienen pánico al "qué dirán", o miedo escénico, que para el caso es lo mismo, y nuevamente se cortan. Está claro que todas las audiencias no son igual de benevolentes, de entregadas e incluso de ilustradas. Cada persona es un mundo, y por eso hay que tener infinito cuidado con aquello que se dice.
Por ejemplo: servidora ha pensado desde hace mucho, mucho tiempo, que una persona que conoce bien y a la que estima bastante no estaba mostrando a plena luz del día el verdadero estado en el que se encuentra interiormente... Esto no es una alucinación ni nada esotérico o metafísico: pasa a menudo que escondemos cosas que nos hieren, emociones que nos machacan, sentimientos que nos destruyen. ¡A veces, hasta llegar a ponernos enfermos! Ayer mismo, viendo aquella película mítica y un poco deprimente que es "Las Edades de Lulú" lo pensaba. ¡Cuántas veces tratamos de ignorar nuestra cólera, nuestra tristeza! ¡Cuántas veces intentamos sepultar nuestro dolor más agudo bajo cien candados, en lo más profundo del pozo más profundo de nuestro interior, hasta que un día cualquiera aquello empieza a fermentar, a emponzoñarse y a darnos problemas, catapultándonos hacia los vicios más terribles, los sometimientos más humillantes, las acciones más diabólicas y las dependencias más catastróficas!
Mi alumna accedió a la misma fuente de información que yo, y vio (sin que nadie le hubiera contado muchas cosas que podrían haberle dado pistas; sin que conociera al otro sujeto directamente) muchas cosas que quedan ocultas.., perfectamente mimetizadas tras el encanto de una personalidad poderosa y magnética, a cualquier persona normal, sobre esta persona que tiene cierta relación, al menos en parte, con alguna experiencia cumbre de mi supuesto "pasado kármico".
¿Y qué es lo que vio mi alumna "Bellota", si puede saberse?
Pffffff...: voy a suavizarlo, por prudencia y también por respeto.
Vio un alma atormentada en grado sumo. Vio a una persona obsesionada con el Poder de lo Femenino, con ese potencial sin límites que algunos iniciados (y otros que no lo son tanto) saben que reside en las entrañas del Dragón, allí donde las corrientes subterráneas de la Vida destilan sus hálitos secretos. Vio a alguien que no está dispuesto a ceder en su afán de posesión sin límites, que no se pliega a comprender y asumir que nadie pertenece a nadie, y que todos somos Uno. Sintió la amargura y el dolor de su pérdida, de lo que piensa que es su derrota (no hay derrotas en el Universo: todo es únicamente una Gran Ilusión). Y sintió también la estrechez de su corazón y de su mente, la rigidez y el no querer ceder a La Voluntad, por culpa de un terrorífico orgullo mal entendido que lo único que hace es sepultar a esta persona a medio camino siempre entre dos estaciones muy mal guarnecidas: la desolación y el caos. Todo esto, aderezado con el coqueteo ocasional con prácticas espirituales mal asumidas (cuidado: mezclar la espiritualidad con la búsqueda a toda costa del poder sobre la materia puede ser MUY PELIGROSO) y relaciones como mínimo poco recomendables con gente de dudosa catadura (no ya espiritual, sino simplemente moral, aclaro).
Como esto no es una sinopsis del "Retrato de Dorian Gray", y por quitar un poco de hierro al asunto (nunca mejor dicho), voy a dejarlo ahí... Al fin y al cabo, no conviene dramatizar demasiado con los asuntos que se saben "en carne viva". Me impresionó bastante esta experiencia de "Bellota", sobre todo porque nunca la habría imaginado. ¡No estaba prevista en el guión, por supuesto que no!
Os doy mi palabra, queridos lectores, de que si no estuviera convencida de lo que estoy diciendo.., si no supiera que lo que esta muchacha ("Bellota") ha vislumbrado es tan cierto como la luz que nos alumbra, ahora mismo dejaría todo lo que estoy haciendo, me cogería una sartén, un mandil y una cuchara, y me haría cocinera (que es otro modo de servir a los demás con una profesión que me gusta bastante y que me parece el colmo de la dignidad y de la generosidad humanas).
En fin: respeto muchísimo las decisiones de cada criatura que anda, vive y respira sobre esta tierra... Y aunque me cueste sangre tener que aceptarlo, y después de arduas deliberaciones conmigo misma (quizá motivadas, qué duda cabe, por mi iniciación en las dos Maestrías de Karuna), he llegado a la conclusión de que no puedo hacer nada al respecto (no por "Bellota": por la otra persona).
Dicen los cabalistas acerca de Hahiuiah (Número 24 de la Cábala) que es el "ángel de los exiliados"... Estos expertos en los Sephiroth (las 10 Emanaciones de Dios) lo consideran el único ser del Universo capaz de atraer la Misericordia divina sobre aquellos que han pecado terriblemente con el mayor de los pecados que existen: el del orgullo. Según ellos, la esencia de este ángel otorga gracia y perdón inmediato cuando las malas acciones han sido involuntarias... Protege contra la adversidad que uno mismo atrae a causa de sus malas acciones (¡a causa del sentimiento de culpa que provocan esas malas acciones!), y con el paso del tiempo, dota a sus influenciados del don conocer los misterios ocultos, del de la clarividencia, y la capacidad de entender los misterios que rodean los secretos de la Creación y del Universo...
... Como digo, cuanto más sé, más humilde me vuelvo... Y como reconozco que no puedo hacer absolutamente nada que esté en consonancia con mis fuerzas y potencialidades humanas (demasiado he hecho ya: demasiado), encomiendo a ciertos sujetos que conozco a la bondad, al auxilio y a la protección de Hahiuiah.., que seguramente sabe más que yo de aquí a Lima :-/
Si tan sólo hubiera sido por la "experiencia" que ha tenido "Bellota", no hubiera escrito ni tan siquiera el título de este post... Pero dando hoy un tratamiento de reiki, se ha puesto de manifiesto la necesidad absoluta de tener que expresar y dar salida a este escrito. Por mí, me hubiera callado el tema y habría mirado para otra parte (no pienso implicarme más en las autodestrucciones ajenas: doy fe), como hacían los quintos cuando les tocaba el numerito de Melilla... Pero, al parecer, tenía que ser así.
¡Besotes mil a todos y a todas!