Ayer, día 26 de enero de 2009, tuvo lugar el primer eclipse solar de este año (suele haber cuatro: dos de sol y dos de luna). Se trató de un eclipse solar anular (cuando cuando la luna está más lejos de nuestro planeta, o sea, que está en su apogeo, y entonces se ve un anillo de Sol rodeando al círculo negro de la Luna). Este eclipse pudo verse perfectamente en lugares como la Antártida, Sudáfrica, el Sudeste Asiático y Australia.
Un eclipse solar es cuando desde algún punto de la Tierra vemos que la Luna cubre al Sol. Esto ocurre sólo durante la fase de luna nueva; es decir, cuando la Luna se encuentra exactamente ubicada entre la Tierra y el Sol, y no podemos verla. Pero, si la luna está así todos los meses, ¿por qué no tenemos eclipses de sol mensualmente? Pues porque el Sol debe estar en una posición determinada, que es entre los 18º 31´ y 15º 21´ de uno de los nodos de la órbita lunar.
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Astrológicamente, un eclipse de sol tiene su miga y es muy importante. Antiguamente, los astrólogos consideraban esta desaparición de la luz solar como un presagio nefasto, y siempre eran considerados muy maléficos. Hoy, los astrólogos modernos consideran estos fenómenos como procesos de "revisión", "crisis" o "alteración" del área en la carta natal afectada por el eclipse (la Casa donde cae, los planetas que afecta, y sus aspectos, resumiéndolo mucho). Hay que tener en cuenta que los eclipses se considera que afectan más a nivel mundano que personal, a menos que:
- El eclipse afecte sobre una o las dos luminarias de la persona (Sol o Luna). Afecta mucho más en la forma de conjunción; luego de oposición; por último, de cuadratura, porque los trígonos casi ni se notan.
- Que el eclipse caiga sobre uno de los ángulos de la carta (o muy cerca). Por orden de fuerza de afectación, el ASC (Ascendente); el MC (Medio Cielo); el IC (Fondo de Cielo); la Cúspide de la Casa 7.
Si el eclipse, por otro lado, cae en conjunción a algún planeta en la Carta natal de la persona, afectará a los asuntos de la Casa regida por ese planeta. El efecto puede ser muy fuerte en estos casos, análogo a un tránsito fuerte de Plutón, y conllevará los mismos procesos y posibilidades de regeneración para el nativo. También se considera que el eclipse de Sol es más poderoso que el de Luna. Especialmente fuerte es un eclipse justo antes del amanecer, un poco antes o después.
A la hora de analizar un eclipse, hay que tomar primero la carta del mismo: el ASC del eclipse, la Casa de la carta del eclipse cae la conjunción Sol-Luna (en el caso del solar); el regente de la carta del eclipse, y su estado celeste. Luego, se levanta la sinastria entre la carta del eclipse y la de la persona, para ver si seremos afectados en lo personal por el mismo, o no.
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Durante los elipses entran en juego factores clave para el universo espiritual y psicológico del hombre. La Luna, la Tierra y el Sol se encuentran unidos a través del eje nodal, que kármicamente es un enlace entre el presente (Tierra), pasado (Luna) y futuro (Sol), tanto de forma consciente, como inscosciente para el individuo. En el caso del eclipse solar, lo que "desaparece" momentáneamente (al ocultarse el Sol) es nuestro potencial interior, nuestro posible futuro. Por eso los antiguos temían los eclipses de Sol, creyendo que anunciaban el fin de los tiempos.
Así, la Luna (nuestro pasado) se interpone entre el presente (la Tierra) y el futuro (el Sol). Esto puede traer dos consecuencias:
- O nos quedamos atrapados en una espiral de asuntos inconclusos, refocilándonos en la fase instintiva, infantil y desvalida, victimizándonos y sufriendo por ello, que representa la identidad lunar sin la luz del Sol.
- O bien reaccionamos, aprovechando la oportunidad para percibir estos asuntos del pasado que quizá nos tienen atrapados, reconociendo nuestros condicionamientos y ataduras, para poder liberarnos de ellos y, de esta forma, reorientar nuestro destino.
Y esto último es lo que exactamente me ha ocurrido a mí en esta ocasión ;-)
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Muy curiosa la carta del eclipse a nivel sideral... Presenta un ASC en Sagitario, un Sol-Luna en Capricornio (por tanto, Luna en exilio) y un Mercurio en Sagitario y retrógrado (también en exilio pues). Júpiter en Capricornio, en caída, y solamente Urano en Acuario, en su propio domicilio. Tres planetas "tocaditos" y dos retrógrados.., porque Saturno también lo está en la carta de este eclipse.., en la bendita y agradabilísima Casa 8. Una conjunción Mercurio-Marte toca al mismo ASC del eclipse.
En mi caso, haciendo sinastria con mi propia carta, el ASC del eclipse cae sobre mi propia conjunción Luna-nodo (profundo componente kármico-destinal; toca todo aquello hacia lo que debo tender en la vida, lo que debo llevar a cabo para cumplir mi "misión" en esta vida); cae en la Casa IV; eso muestra que, efectivamente, me iba a afectar profundamente a nivel personal (emotivo en este caso, ya que la Luna rige la familia, las emociones, los primeros años de la vida). Además, Júpiter en caída rige Sagitario.., signo que se encuentra en la cúspide de mi misma Casa IV. Júpiter incrementa todo lo que toca.., y al ser regente de mi Casa IV, incrementa los contenidos de dicha Casa. Pero está en caída: eso significa que encuentra dificultades para expresar su verdadera naturaleza.
Y precisamente de expresión de la verdadera naturaleza solar se trata el asunto. Conjunto al eclipse y a Júpiter se encontraba el nodo norte en tránsito, y todo este berengenal, haciendo trígonos a mi bendito estelio en la Casa XII (Casa del subconsciente, de las esclavitudes, de las cuestiones kármicas una vez más, de lo que aprisiona nuestro Ego para no dejarle salir). El elipse, resumiendo, ha puesto delante de mí y de alguna manera, a la fuerza (no olvido una conjunción Marte-Mercurio retrógrado que se colocó exactamente casi sobre mi Luna-nodo natal, ejerciendo fuerza para el cambio y proveyéndome de dificultades para encontrar puntos en común en mi comunicación interna) muchas cuestiones dolorosas relativas a mi familia, concretamente a mi madre, que he tenido que enfrentar a duras penas.
El Sol ha querido manifestarse. Me he dado cuenta de qué forma está eclipsado, por lo que muchísimas veces apenas ni lo siento. Mi Ego, la expresión más auténtica de mí misma, está opacado. No puedo moverme por una serie de condicionantes que, siguiendo las reglas de la astrología kármica, me he autoimpuesto a mí misma, y debo trascender para evolucionar. Ahora soy consciente de muchos asuntos que había dejado de lado, de muchas excusas que opacaban mi propia expresión como persona individual, autónoma, libre. El eclipse me ha permitido ver que las cosas no pueden seguir eternamente como hasta ahora.., o no encontraré la vía para pasar a la "segunda fase" de mi vida.
¡Bueno! Han sido 5 días durillos y reveladores.., dicen que los resultados de un eclipse suelen durar hasta que aparece el siguiente.., pero que otros duran toda una vida. Veremos a ver. Me queda pendiente la meditación lunar de este mes, que llevamos a cabo siempre en el foro de astro.com. Consultaré con mi interior esta noche.., a ver qué me dice.
¡Saludos!
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P.D: titulé así este post porque tanta reflexión sobre la Casa XII y cómo nos impone sus trabas, me hizo recordar esa famosa canción, "The House of the Rising Sun". Tanto Sol eclipsado, Casa IV eclipsada, Casa XII afectada.., me hizo recordar este temita que relaciono, indefectiblemente, con todas aquellas personas que viven inmersas en una "desafortunada" Casa XII.., que les obliga a luchar para trascender.., a través del servicio, del trabajo espiritual.., o de lo que sea :-)
Un enlace con la versión de The Animals de dicho tema.., que es la que más me gusta ;-)
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