Trabajando intensamente sobre el aspecto espiritual, durante los últimos días he tenido la oportunidad de compartir con múltiples personas que me consultaban sobre ellas mismas.., así como sobre muchas otras, acerca de nuestras necesidades humanas. Y la mayoría me explicaban que se sentían profundamente descontentas con el curso que habían tomado sus vidas, con el correr de los años.
No es extraño: andamos bajo la influencia de la poderosísima (y amantísima) Luna Llena de Tauro.., que nos advierte para que tengamos en cuenta si nuestras necesidades más terrenales, más naturales, más espirituales y más internas están siendo o no cubiertas.
He subido esta foto porque, aparte de que me parece preciosa, ilustra muy bien lo que quiero decir. Y es que varios me habéis preguntado también por si tengo obsesión con las grullas japonesas: diría que no, que no especialmente; ciertamente me obsesiono bastante más de lo normal con las libélulas que con las grullas XDXD.
La grulla es un ave que, sobre todo en el mundo oriental, posee un simbolismo muy profundo... Para empezar esta especie, que parece que lleva un bonete rojo muy característico sobre la cabeza, es denominada comúnmente "grulla manchú" en castellano. Tiene su principal asentamiento en la isla de Hokkaido, al norte de Japón, y desde hace siglos es considerada como un símbolo portador de buena suerte y fortuna.., y se la considera una gran protectora de la familia.
Pero.., ¿cuál es el aspecto más característico de la grulla, por así decir.., que es lo que la ha convertido en un símbolo para muchas personas en todo el planeta?
Muy sencillo: aparte de que despliega una sorprendente fiereza a la hora de defender su nido frente a los ataques de los depredadores, la grulla manchú se empareja DE POR VIDA. Es por esta razón que su efigie aparece muy a menudo en los kimonos japoneses de boda. Símbolo absoluto de la fidelidad y de la lealtad, obviamente también fue un icono muy reconocido y usado por la casta samurai, que ornamentó todo tipo de armas con su figura y llegó a representarla en sus mismos escudos heráldicos.
... Sin ir más lejos, el tsuba del sable de una servidora representa una grulla con las alas desplegadas. No creo necesario en este foro el llegar a explicar por qué.
Paz, felicidad, esperanza y amor de por vida: todo eso es lo que representa, en definitiva, la grulla japonesa. Así que, si te regalo una grulla de papel origami, o bajo cualquier otro formato, ya sabes lo que te estoy deseando ;-)
Por descontado que, aunque me gustaría, no tengo actualmente el tiempo suficiente como para ponerme a fabricar las 1000 grullas de origami que se dice que conceden cualquier deseo, consciente o inconsciente, que ansíe tu corazón (ahora que lo pienso, quedan unos 12 días para que la influencia de la Luna de Tauro, la Luna de los Deseos, se apague.., así que quizá sería cosa de ponerme manos a la obra XDXD). Sin embargo, tengo muy, muy claro que para mi, la grulla manchú simboliza la lealtad a prueba de todo.., aquella que no se compra ni se vende. Es una fidelidad absoluta la que representa su símbología: una fidelidad absoluta.., y una promesa de amor eterno, por descontado. Ese amor que en general no tenemos ni idea de qué representa realmente, porque nace en lo más profundo de nuestro corazón y resulta en una llama inextinguible, que no se apagará nunca, jamás, suceda lo que suceda.
... Es muy fácil escribir o decir estas palabras... Sin embargo, es muy difícil comprenderlas.., y más difícil aún todavía, experimentarlas.
Y mucho más aún, respetarlas.
Y ahora llega el momento en que me pongo en mi fase leonina: o sea, seria, muy seria. Porque el asunto es muy serio, o así me lo parece a mi.
No voy a empezar como otras veces enunciando y desglosando la famosa Epístola de San Pablo a los Corintios, que ya he publicado en archicontadas ocasiones aquí... Pero aunque suene duro, vengo a decir unas cuantas palabras que creo necesario explicar.
El amor es lo más grande que hay en esta vida. Nada supera a eso, porque es la esencia misma del tejido del universo, del cosmos y de la Creación. El amor no provoca sufrimiento alguno: es una experiencia de pura dicha, de éxtasis y de maravillosa alegría. Hay una naturaleza espiritual y sublime del amor, que no puede ser explicada: hay que experimentarla. Todo lo que no sea esa dicha, ese éxtasis, esa entrega y esa alegría, es sufrimiento. Y el sufrimiento proviene del ego. Me da igual las formas que adopte el ego: hay infinitas.
El mensaje de la grulla está lleno de coraje y de fuerza: el amor que nace en tu corazón es lo único que importa. ¡No hay nada más importante que eso! Y cuando se llega a ese punto de comprensión, cuando se llega a ese nivel de experiencia espiritual, todo lo demás sobra: las necesidades no existen PORQUE ESTÁN CUBIERTAS. No hay peros, no hay justificaciones, no hay negaciones ni represiones: el amor no se puede controlar, atar, manipular, esconder, etc.
Lealtad: a ti mismo.., a ti misma. A los sentimientos de tu alma, a lo que realmente está en tu corazón. Ésa es la primera y fundamental de las lealtades: no te niegues lo que eres, no te niegues lo que sientes. Porque lo que niegas te somete, y tu corazón y tu alma son libres.., como el vuelo de una grulla, que se eleva kilómetros por encima de las nubes y de las tormentas. Tanto son capaces de volar hacia el cielo, que las grullas migratorias consiguen superar las cumbres del mismísimo Himalaya, elevándose por encima de cualquier dificultad, de cualquier tempestad, de cualquier duda, de cualquier conflicto del ego...
De cualquier amenaza para el amor.
Y ahora dime.., ¿cuál es la medida de tu amor?
¿Estás seguro o segura de que amas.., y de que te amas lo suficiente? ¿O tu amor es tan sólo una expresión vacía.., "de boquilla"?
Es fácil, muy fácil decir que se ama. Lo difícil es demostrarlo.
Y eso es lo que nos enseña la grulla: a amar por encima de todo. A pesar de todo. Contra viento y marea. Sin dudas, sin reparos, sin dar la nota, sin pegar gritos. Por activa y por pasiva, con absoluta lealtad, con inquebrantable fidelidad.
En silencio.
Y ahora, dime.., y no me preguntes más a mi, porque tan sólo tú puedes saberlo...
¿Cuál es la verdadera medida de tu amor?
miércoles, 28 de octubre de 2015
jueves, 15 de octubre de 2015
La libélula sobre el sakura
Éramos demasiado prósperos y estábamos demasiado organizados... Suponíamos una amenaza cierta para el poder de los que nunca quisieron que los hombres fueran instruidos, fueran libres y fueran iguales.
... No éramos del todo conscientes de la fuerza con la que nuestra aniquilación habría de venírsenos encima.
Empero, tampoco éramos tan inocentes: estábamos bien armados, bien custodiados. Sabíamos que muchos deseaban nuestra caída, y por ello obramos en consecuencia. ¡No éramos unos ilusos! Las armas se ponían a punto cada día; los caballos siempre estaban listos; los vigías establecían turnos estrictos y constantes en los puestos; los hombres permanecían en forma y no se dejaban engañar por la aparente calma y el sosiego de los días dedicados al entrenamiento y al estudio.
Aún así, de nada nos valió.
De nada nos valió, porque estaban decididos a aniquilarnos.
A borrarnos de sobre la faz de la tierra: y así fue.
Hay gentes que aún hoy, aquí y ahora, detestan la idea de que todos, absolutamente todos los hombres, nacemos libres y somos iguales. Escamotean su debilidad bajo la servidumbre de las jerarquías. Pero no hay mayor mentira que la autoridad que se impone por la fuerza. Nosotros comprendíamos lo que es el respeto, lo que es el deber. La dignidad debida a los mayores nos era transmitida por los ancianos más sabios, y desde que teníamos conocimiento de lo que significaba llevar un arma, nos ayudaban a comprender la responsabilidad que representa y la ética de abogar, siempre que sea posible, por el más débil.
Incluso le debíamos y le debemos al enemigo y al honor la posibilidad de retirarse si no quería llegar al punto de entablar, por fin, batalla...
Pero ya digo: de nada nos sirvió.
La Rueda del Karma giró en aquel momento en nuestra contra, quién sabe por qué. Toda nuestra filosofía no nos valió. No nos valió nuestra maestría con las armas, porque eran cientos, miles: demasiados para cualquiera. Una fuerza aplastante.., una invasión descomunal se apoderó de nuestros muros y de nuestra casa. Corrió la sangre como tan sólo sucede cuando el odio es demasiado profundo, demasiado abismal e irreconciliable. No se respetó a nadie.., excepto a aquellos que, como yo mismo, simplemente fuimos tratados y utilizados como botín de guerra, y tuvimos la suerte (o la desgracia) de sobrevivir.
... Hace pocos días pregunté a la Rueda del Karma.., y por virtud del amor y del equilibrio, me contestó que ya el tiempo era cumplido.
No me fío demasiado, desde aquel tiempo (claro está), de ciertas "órdenes" religiosas... No me fio especialmente de aquellos que enarbolan sus doctrinas como lanzas, o que tratan de someter a sus hermanos por obra y gracia de su aparente "superioridad moral". Nada hay de superior en un hombre que mira a otro hombre por encima del hombro. La pureza de espíritu no tiene nada que ver con el ascetismo; ni la virtud con los títulos de nobleza, ni con recibir iniciaciones o prebendas de parte de ningún monasterio. La evolución del espíritu es, en muchas ocasiones, indistinta e incluso divergente de la maestría con una espada. Cada hombre muestra su currículum en esta vida de una forma clara y precisa para todo aquel que quiera tomarse la molestia de observarlo: basta con mirar atentamente sus obras, es algo diáfano.
De nada sirve ser recto si no se es compasivo. De nada sirve llevar rosario si el corazón no reza como es debido a la infinita benevolencia universal. De nada sirve ostentar un hábito, un título, un rango o una dignidad cualquiera.., si no se sabe perdonar.
Sin perdón ninguno, sin misericordia, pasasteis a sangre y fuego por encima de nosotros como una maldición bíblica, como el estallido de un volcán, como una tormenta... El objetivo era simple: borrarnos para siempre del escenario; no dejar piedra sobre piedra de todo aquello que habíamos construido, que habíamos amado.., de todo aquello en lo que habíamos creído.
Y cualquiera diría que en aquella ocasión lo conseguisteis.
Pero la Justicia puede esperar cuatrocientos.., o mil años. La Justicia Cósmica no es una hoz brillante y terrible que se cierne sobre las almas de los seres humanos vía karma, como creen y predican algunos: no. Es algo mucho más perfecto, mucho más hermoso, mucho más grande. Simplemente, obra por la Gracia y opera de forma absolutamente imparcial. Nivela los desequilibrios producidos en el tejido de la Eternidad cuando hace falta.., de forma absolutamente aséptica y natural. Ahora bien: este proceso puede llegar a acelerarse, en nuestra apariencia ilusoria del tiempo, por la intervención de algo, o de alguien, que ruegue con el corazón abierto para que dicho reajuste tenga lugar en el "aquí" y el "ahora".
Y ese alguien, amados hermanos, no ha sido otro que el que porta la libélula sobre el sakura...
Ese alguien, amados hermanos, he sido yo.
... No éramos del todo conscientes de la fuerza con la que nuestra aniquilación habría de venírsenos encima.
Empero, tampoco éramos tan inocentes: estábamos bien armados, bien custodiados. Sabíamos que muchos deseaban nuestra caída, y por ello obramos en consecuencia. ¡No éramos unos ilusos! Las armas se ponían a punto cada día; los caballos siempre estaban listos; los vigías establecían turnos estrictos y constantes en los puestos; los hombres permanecían en forma y no se dejaban engañar por la aparente calma y el sosiego de los días dedicados al entrenamiento y al estudio.
Aún así, de nada nos valió.
De nada nos valió, porque estaban decididos a aniquilarnos.
A borrarnos de sobre la faz de la tierra: y así fue.
Hay gentes que aún hoy, aquí y ahora, detestan la idea de que todos, absolutamente todos los hombres, nacemos libres y somos iguales. Escamotean su debilidad bajo la servidumbre de las jerarquías. Pero no hay mayor mentira que la autoridad que se impone por la fuerza. Nosotros comprendíamos lo que es el respeto, lo que es el deber. La dignidad debida a los mayores nos era transmitida por los ancianos más sabios, y desde que teníamos conocimiento de lo que significaba llevar un arma, nos ayudaban a comprender la responsabilidad que representa y la ética de abogar, siempre que sea posible, por el más débil.
Incluso le debíamos y le debemos al enemigo y al honor la posibilidad de retirarse si no quería llegar al punto de entablar, por fin, batalla...
Pero ya digo: de nada nos sirvió.
La Rueda del Karma giró en aquel momento en nuestra contra, quién sabe por qué. Toda nuestra filosofía no nos valió. No nos valió nuestra maestría con las armas, porque eran cientos, miles: demasiados para cualquiera. Una fuerza aplastante.., una invasión descomunal se apoderó de nuestros muros y de nuestra casa. Corrió la sangre como tan sólo sucede cuando el odio es demasiado profundo, demasiado abismal e irreconciliable. No se respetó a nadie.., excepto a aquellos que, como yo mismo, simplemente fuimos tratados y utilizados como botín de guerra, y tuvimos la suerte (o la desgracia) de sobrevivir.
... Hace pocos días pregunté a la Rueda del Karma.., y por virtud del amor y del equilibrio, me contestó que ya el tiempo era cumplido.
No me fío demasiado, desde aquel tiempo (claro está), de ciertas "órdenes" religiosas... No me fio especialmente de aquellos que enarbolan sus doctrinas como lanzas, o que tratan de someter a sus hermanos por obra y gracia de su aparente "superioridad moral". Nada hay de superior en un hombre que mira a otro hombre por encima del hombro. La pureza de espíritu no tiene nada que ver con el ascetismo; ni la virtud con los títulos de nobleza, ni con recibir iniciaciones o prebendas de parte de ningún monasterio. La evolución del espíritu es, en muchas ocasiones, indistinta e incluso divergente de la maestría con una espada. Cada hombre muestra su currículum en esta vida de una forma clara y precisa para todo aquel que quiera tomarse la molestia de observarlo: basta con mirar atentamente sus obras, es algo diáfano.
De nada sirve ser recto si no se es compasivo. De nada sirve llevar rosario si el corazón no reza como es debido a la infinita benevolencia universal. De nada sirve ostentar un hábito, un título, un rango o una dignidad cualquiera.., si no se sabe perdonar.
Sin perdón ninguno, sin misericordia, pasasteis a sangre y fuego por encima de nosotros como una maldición bíblica, como el estallido de un volcán, como una tormenta... El objetivo era simple: borrarnos para siempre del escenario; no dejar piedra sobre piedra de todo aquello que habíamos construido, que habíamos amado.., de todo aquello en lo que habíamos creído.
Y cualquiera diría que en aquella ocasión lo conseguisteis.
Pero la Justicia puede esperar cuatrocientos.., o mil años. La Justicia Cósmica no es una hoz brillante y terrible que se cierne sobre las almas de los seres humanos vía karma, como creen y predican algunos: no. Es algo mucho más perfecto, mucho más hermoso, mucho más grande. Simplemente, obra por la Gracia y opera de forma absolutamente imparcial. Nivela los desequilibrios producidos en el tejido de la Eternidad cuando hace falta.., de forma absolutamente aséptica y natural. Ahora bien: este proceso puede llegar a acelerarse, en nuestra apariencia ilusoria del tiempo, por la intervención de algo, o de alguien, que ruegue con el corazón abierto para que dicho reajuste tenga lugar en el "aquí" y el "ahora".
Y ese alguien, amados hermanos, no ha sido otro que el que porta la libélula sobre el sakura...
Ese alguien, amados hermanos, he sido yo.
miércoles, 7 de octubre de 2015
Dento Reiki: el verdadero Espíritu del Reiki japonés
El próximo fin de semana (fin de semana largo en España, ya que se celebra la Fiesta de la Constitución a nivel nacional) va a ser una fecha clave que no olvidaré fácilmente... Será para mi un importante punto de inflexión en mi búsqueda personal a través del estudio, formación y aprendizaje de Reiki (esa maravilla que nos ha ligado la tradición japonesa y que NO ES una mera técnica de imposición de manos). Como reseño en la foto de la entrada de hoy, los días 10, 11 y 12 de octubre se celebra en El Escorial (Madrid) el IV Encuentro Internacional de Gendai Reiki Ho. La importancia de este evento es enorme para todos los que estamos en relación con reiki y, sobre todo, con los linajes de enseñanza y conocimiento de esta técnica más antiguos y ancestrales.
Desde hace varios años, he podido ver como la práctica del reiki se ha ido transformando de manera importante desde sus orígenes en el Japón de principios del siglo XX. Las formas japonesas de Dento Reiki (literalmente, "Reiki Tradicional") se habían diluido sobremanera en otras formas más occidentales, actualizadas o, si se quiere, "adaptadas" a los usos y costumbres, así como a la forma de pensar europea y norteamericana... Pero en los últimos tiempos, las formas tradicionales han vuelto a resurgir, a cobrar nueva vida, por así decir, de la mano de grandes maestros de esta disciplina. Uno de ellos, y el más importante para mi dado que es la cabeza de la Gendai Reiki Ho, la escuela de reiki a la que pertenezco, es Hiroshi Doi. Con ya 80 años a sus espaldas, Doi pertenece a la tercera generación de un linaje de reiki que desciende en línea directa de Usui Sensei, el fundador. Actualmente es el presidente de la Gendai Reiki Healing Association en Japón, y éste es su último viaje a Europa por asuntos relacionados con la práctica y la enseñanza de reiki, dada su avanzada edad.
El gran aporte del maestro Doi ha sido la unificación del llamado "reiki occidental" y las técnicas más tradicionales de purificación y perfeccionamiento del sistema japonés. De hecho, Hiroshi Doi es miembro de la Gakkai (Usui Reiki Ryoho Gakkai), la escuela de reiki japonés más absoluta y auténticamente tradicional, que aún cuenta con unos 500 miembros en todo Japón y que es heredera directa del linaje de Usui. Gracias a sus años de estudio e investigaciones en profundidad acerca de las antiguas escuelas que aún perviven en Japón, Doi nos ha legado a los que seguimos su escuela un conocimiento que no se enfoca en un simple efecto terapéutico, como mucha gente cree, sino que representa una vía de autoconocimiento y desarrollo armonioso y global del ser humano en su búsqueda del equilibrio y de la paz interior, que el maestro Doi denomina Anshin Ritsumei (安心立命).
La verdad es que Reiki debe gran parte de su legado a muchos de los métodos meditativos y de búsqueda espiritual de la religión Shinto, así como del budismo esotérico o tántrico (Mikkyo) que se practicaban y se siguen practicando en el templo del monte Kurama de Kyoto... La vertiente terapéutica se fue añadiendo progresivamente al sistema, fundamentalmente bajo la dirección de Hayashi Sensei, que por ser médico militar de profesión, amplió considerablemente el estudio y la aplicación de Reiki en este sentido.
Siguiendo la vía tradicional, porque el espíritu me llamaba en esta dirección, he ido acercándome más y más a Japón durante los últimos años, hasta que, de alguna manera para mi, es como si me encontrara en un punto, mágico y perfecto, en el que hubiera "vuelto a casa". Es desde este lugar en mi interior desde el que pretendo transmitir a mis alumnos todo lo que me ha sido transmitido a mi (aunque la enseñanza prosigue y jamás acaba, perpetuándose día a día de la mano de los mejores maestros que, en diversas disciplinas, siempre tengo la suerte de poder encontrar en mi camino).
Y así pues, desde este profundo y particular lugar en mi corazón, quiero contaros algunas historias que sabemos acerca del origen: de la cuna, de la fuente.
Del monte Kurama, en Kyoto, siempre se ha dicho que es el hogar del "zorro de las nueve colas", el rey de los tengu, y que fue allí donde este personaje mítico enseñó esgrima al maestro de samuráis, el legendario Minamoto no Yoshitsune... Casi por estas fechas allí, cada 22 de octubre, se celebra el maravilloso "Festival del Fuego". Construido durante el periodo Nara, el monte Kurama está designado como Tesoro Nacional de Japón, y desde 1949 difunde su propia escuela de budismo esotérico, la Kurama Kokyo. El monte Kurama es, asimismo, conocido por sus impresionantes onsen (baños tradicionales japoneses), que en este caso se encuentran en su mayor parte al aire libre.
Dicen las antiguas tradiciones que los tengus (espíritus descendientes de Susanowo-no-Mikoto, el dios de la tormenta hermano de Amaterasu, la diosa Sol) de esta montaña son Yamabushis (monjes guerreros) de tez roja y nariz larga, habitantes de los pinos y los cedros, y muchos los consideran los fundadores de múltiples escuelas de artes marciales. Ellos son los que protegen a los guerreros en los combates, y los que inician y transmiten las artes marciales a las personas.
Desde el centro de la tradición japonesa que, de alguna manera, llevo dentro, me encuentro ahora mismo como si hubiera logrado completar y restaurar varios asuntos internos pendientes, muy trascendentales para mi espíritu... Este punto en el que me hallo lo he venido buscando sistemáticamente, confiadamente, enérgicamente, durante al menos los últimos 6 o 7 años de mi vida. Tengo que reconocer que no ha sido un camino fácil: muy al contrario, ha sido extremadamente arduo, severo, doloroso.., y si quiero ser fiel a la verdad, os aseguro que he estado a punto de darme por vencida en infinidad de ocasiones. Las trabas han sido muchas; las pruebas, enormes, tantas y tan fuertes, que mis pobres fuerzas no habrían bastado a superarlas si no hubiera contado con el apoyo y la ayuda inestimable de personas cuyas fuerzas, conocimiento, sabiduría, benevolencia y compasión superan ampliamente a las mías.
No tengo por qué mencionarlos: ellos ya me conocen, y se conocen a sí mismos...
Todos entre nosotros, en el fondo, sabemos quiénes somos. En honor a ellos escribo esto.
A la espera de este evento de Dento Reiki de gran trascendencia, en un lugar mágico y tan, tan especial como es El Escorial, os dejo con este cántico-mantra de un auténtico sacerdote yamabushi, que sigue la línea de los ascetas del Sugendo, los auténticos seguidores de la vía del budismo tántrico en Japón... ¡Espero que lo disfrutéis!
... Y que el pasado, el presente y el futuro se unan en una sola cosa.., como siempre ha sido, es y será.
Sed felices.., como yo lo soy :-)
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