Una estrella fugaz en mi cuello

Bueno: pues supuestamente hoy iba a escribir sobre la Piroluxita, el "Caballero Negro".., pero es que estoy esperando una cosa, ciertos importantes acontecimientos, y prefiero hablar sobre otro regalo similar que me han hecho :-)

La misma persona, Viviana Ramos, desde Argentina, me ha enviado la piroluxita, pero también un pequeño colgante de meteorito del mismísimo Campo del Cielo, en el Chaco. Es diminuto, pero muy potente, por lo que ya he podido notar. ¡Gracias, Vivi: una preciosidad y muy útil, por cierto! ;-)

Estas estrellas fugaces que alguna vez, como ángeles rebeldes del cielo, cayeron sobre la Tierra, están compuestos por una mezcla de hierro y de níquel. Se dice que su propiedad fundamental es la de activar el canal de la energía Kundalini a lo largo de la espina dorsal, despertando el fuego espiritual que reside aletargado en todos los seres humanos.

También se dice que dichos meteoritos conducen la energía del Cosmos, el Saura Agni de los Vedas, es decir, la energía escondida que anima todo lo que respira en este universo (los que seáis fans de Saint Seiya sabréis perfectamente a qué me refiero :-) El efecto que produce en las personas el despertar de esta energía adopta muchas formas, y tiene lugar bajo muy diversas características. En ocasiones, no sucede nada: todo depende del estadio en el cual se encuentre el propio individuo.

De hecho, cuando te lo pones al cuello, a las pocas horas empiezas a notar una sobreestimulación en todo el organismo, que te dan auténticas ganas de quitártelo. Eso se debe a que produce cambios en el electromagnetismo físico, e incide muchísimo sobre el cuerpo emocional. Personalmente, me entró un mareo interesante, y como una "desubicación".., si es que se puede llamar así a ese fenómeno. Vamos, en otras palabras: que me tuve que tumbar en la cama porque me caía al suelo y tenía ganas como de vomitar. A la media hora ya se me había pasado, pero joer.., qué sensación más rara y desagradable.

Los meteoritos de Campo de Cielo estimulan los chakras corona, tercer ojo, plexo solar y raíz. Así, actúan como catalizadores para despertar la visión interior, pero también permiten tomar tierra, con el fin de que no acabes en órbita alrededor de la Luna de Valencia (peligro muy real para todo aquel que decide adentrarse en los confines de la experiencia espiritual). El elemento que manejan es el fuego, por eso están especialmente destinados a todos aquellos que desean un crecimiento espiritual rápido.

También ayudan especialmente a desarrollar la paciencia y la constancia, así como a disfrutar de las estructuras y de las rutinas de la vida. Estos meteoritos sirven para llevar los proyectos hasta su terminación, además de ser grandes protectores del cuerpo emotivo. Balancean la emocionalidad para que no te dejes llevar, para que no te vayas por las nubes, y para que no reacciones explosiva o impulsivamente (cosa muy común en esta servidora, por cierto).

En el ámbito físico, los meteoritos de níquel y hierro fortalecen la sangre y los tejidos, aumentando nuestra resistencia física y ayudando en todo proceso de curación. Asientan las energías espirituales en la tierra (son muy buenos para gente que se anda todo el día por las ramas) y ayudan a estabilizar a quien está experimentando una larga enfermedad difícil (o un largo y difícil proceso de cambio, que para el caso es lo mismo). Brindan fuerzas y esperanza ante cualquier lucha larga o dolencia física.

Se dice que la frase que se debe interiorizar para llevar encima uno de estos meteoritos es "Asumo mi compromiso inquebrantable con el crecimiento espiritual, lo que alimenta las llamas de mi fuego interior". Bueno; me parece un poco largo y raro de recordar, pero sé lo que quiere decir. Son muchos ya los compromisos que yo he asumido. A veces me siento como una especie de fortaleza de diamante...

Muchos besos, hasta mañana ;-)