El Protector Celestial

Ayer, hablando con mi hermano por la calle, me encontré tirada en el suelo una tortuga. Era un colgante de ésos que llevan las jovencitas en el móvil. Me pareció gracioso: representaba a una tortuga sentada sobre sus patas traseras, que miraba sonriendo. El caparazón tenía todos los colores del arco iris.

Para los chinos, la Tortuga era uno de los cuatro animales sagrados que ahora conocemos gracias a la popularización del feng-shui (junto con el Ave Fénix, el Dragón y el Tigre). En este ámbito, es considerado en Oriente como una especie de Protector Celestial, que ofrece salvaguarda y respaldo contra todo tipo de adversidad.

Para los hindúes, en cambio, este animalito que ha sobrevivido a tantas masivas extinciones planetarias (mira, no se me había ocurrido: a ver si va a ser una señal XDDD) tiene más bien relación con la sabiduría. En el budismo las tortugas no le tienen nada que envidiar a un animal tan vistoso como, por ejemplo, el Dragón, ya que representan el mayor símbolo de longevidad, estabilidad, equilibrio, buena fortuna, riqueza, prosperidad, apoyo y protección.

La dirección que el feng-shui aconseja para la tortuga es el Norte. También podemos colocarla de espaldas a nuestro escritorio, para que nos proporcione apoyo y seguridad. La leyenda dice que, cuando una tortuga llega a los 1000 años de edad, se transforma en dragón, aunque manteniendo su caparazón. Esta fuerte transformación representa prosperidad y suerte de mentores (una persona servicial que se cruza en tu camino), además de una larga vida. Hay muchas leyendas que giran en torno al místico y enigmático simbolismo de la tortuga.

En la cultura china, la tortuga siempre es callada y se mantiene apartada de los asuntos mundanos, por lo cual su estado de ánimo es ensalzado por cierta gente. Algunos creen que la tortuga es clarividente, que puede presagiar los buenos y malos agüeros. Una antigua leyenda china cuenta que, allá por el año 2200 a. de C., el emperador Yu, de la dinastía Hsia, estaba inaugurando un proyecto para el control de las crecidas del río Amarillo, también conocido como río Lo, ya que sus desbordamientos suponían un azote para la agricultura y el pueblo chino. Pero aquel día en que el emperador se encontraba junto a él, el río Amarillo trajo la fortuna y el conocimiento a su pueblo, pues, de repente, vio emerger de las aguas una tortuga gigante de mar con cabeza de dragón.

La tortuga, como amuleto, promete el equilibrio entre el mundo físico y el espiritual para cualquier persona. Es símbolo, también, de las virtudes domésticas: su casa forma cuerpo con ella, y no la deja nunca. Hace de mediadora entre el cielo y la tierra, pero pertenece al elemento agua. Sus cuatro patas representan los puntos cardinales, soportes del mundo. Su retracción en el caparazón es entendida como una actitud fundamental de concentración, sabiduría, destreza y poderío.

Por su asociación con el Norte también simboliza el invierno, y algunos la ponen en relación con las fases de la Luna. Una superstición popular española indica que otorga riquezas a aquellos o aquellas que le acarician el lomo. La fuerza y la resistencia también aparecen de la mano de este animalito, así como la autoridad, la valentía.

Según el feng-shui, la Tortuga con cabeza de Dragón se utiliza de la siguiente manera:

- Para mejorar las relaciones se coloca una cinta roja en su boca

- Para atraer la fortuna se usa una cinta dorada

- Si tiene problemas de salud, una cinta azul

- En el Norte de su escritorio, actúa como un reforzador de gran alcance para la educación y los estudios

-En el Norte de la casa, hará que ésta permanezca firme y segura

- Para aumentar el éxito o mejorar sus oportunidades, colóquelo sobre la mesa, mirando hacia la puerta; por la tarde, gírelo, mirando hacia el interior de la estancia.

- Colóquelo en el sector Este de la casa o habitación para asegurar que la familia sea bendecida con buena salud y larga vida

- Una moneda en la boca puede atraer suerte en la riqueza

- Sobre el escritorio o detrás de usted le ayuda a ganarse la confianza del jefe, algún puesto político o una promoción esperada

-Nunca lo coloque directamente enfrente de donde está sentado, como si la estuviera confrontando

... Qué cosas.., y yo que pensaba colgármela simplemente del móvil, jajaja...

A partir de ahora, creo que miraré con más respeto a mi recién encontrada tortuguita.

¡Saludotes!