El Don del Cambio

"Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,

Que afluya luz a las mentes humanas.

Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,

Que afluya amor a los corazones humanos.

Que Aquel Que Viene retorne a la Tierra.

Desde el Centro, donde la Voluntad de Dios es conocida,

Que el Propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas.

El Propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza humana,

Que se realice el Plan de Amor y de Luz,

Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra".

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Esta oración, que llaman la "Gran Invocación", es equiparada por muchos al Padre Nuestro, considerándola una rogativa propia de la famosa (y más futura de lo que muchos imaginan) Era de Acuario...

Por fin se va desvelando el camino ante mis ojos.

Llevo 5 años, 5 largos años luchando como gato panza arriba en mi empresa. Durante todo este tiempo, he crecido como persona de una manera infinita, como no me imaginé que iba a lograr.
Hace 4 años, mis compañeros me regalaron una consulta con una astróloga... Yo aún no sabía nada de astrología. ¡Nada de nada, ni siquiera me interesaba! Era una pequeña gota de mercurio en un mar de dudas. Estaba más sola que la una. Sólo era una limitadísima aficionadilla al tarot, sin más.

Pero ayer volví a acordarme de aquella mujer, de la astróloga... Físicamente, era la descripción de libro de una acuariana. Me habló de muchas cosas que guardo en el fondo de mi corazón. Me dijo que tenía un amplio camino por recorrer, que debería estudiar astrología, que allí encontraría a la gente que alimenta mi alma y mi destino, y que aún me quedaban largos, largos años por permanecer en esta empresa que ahora debo abandonar ya.

Creí que era una farsante más, que pretendía venderme el oro y el moro...

Me equivocaba.

No soy, ni de lejos, el mismo ser que hace 5 años... Ni tampoco que hace 7. Cuando miro atrás el devenir de mi ciclo vital, sencillamente me dan ganas de arrodillarme y besar el suelo, plena de gratitud.

Hoy me han comentado, en petit comité, que van a despedirme este mes. La empresa va a cerrar: estamos desde hace más de un año en números rojos. Yo ya lo sabía, cuando vi la configuración de la próxima Luna Nueva, que cae justo el día de mi cumpleaños, el 18 de septiembre. Número 18 bendito, de finales y principios bruscos que gobiernan siempre mi vida. Cuádruple conjunción en tránsito de Sol-Luna, flanqueada por Mercurio-Saturno sobre mi estelio en 12. Casa 8 de la Lunación. Oposición cerrada con Urano retrógrado en Casa 6. T Cuadrada de todo el aparataje entre los que transitan y los natales, incorporando a Saturno natal en 8, a Júpiter en 3, y a Plutón en tránsito, conjunto a ese Júpiter. Marte, desde la Casa 9, cuadrando a Urano natal, desde la 12. Saturno natal cuadrando a Urano en tránsito por la 6, originando otra T Cuadrada. Oh sí: no es para menos. Hace falta mucha energía para remover ciertas torres de sus cimientos.

Arcano número 16: La Torre. Y mi ASC sobre la triple conjunción de la Casa 5, Neptuno-Júpiter-Quirón, lanzando trígonos a todos los maléficos. Veo bien de dónde me vienen los apoyos en este trance.

Trance: del latín "transire", "transitar", pasar de un estado a otro. Como en la muerte. Ayer dije que hay muchas muertes en la vida, y no todas son desagradables, aunque todas son, en un punto menor o mayor, dolorosas.

El Don del Cambio: como Tolkien escribió en su soberbia "El Señor de los Anillos", sólo los elfos permanecían mutables, anclados al Destino del Mundo. Pero los hombres hemos sido bendecidos por ese don, por esa cualidad de la materia que tiene tanto que ver con la vida. Lo que no evoluciona, muere. Nada permanece, sino el Ser y la Consciencia suprema.

Como digo, empiezo a ver más claro el patrón; sin esta muerte nada podrá cambiar en mí. Permaneceré siempre en el mismo sitio, anclada a algo que ya no existe. He estado demasiado tiempo esperando, no podía distinguir nada con claridad. Ayer pedía a gritos que se me mostrara el camino. Creo que empiezo a verlo mejor.

El Don del Cambio.

Dejo atrás con alegría muchos buenos momentos, muchas cosas que he podido hacer gracias a estar, precisamente, en esta empresa... Al tiempo libre del que he dispuesto hasta el momento. Todo esto ha sido muy, muy, muy importante para mí. Ha habido mucha alegría, muchos descubrimientos, mucho amor para dar y tomar.

... No sé bien a lo que me enfrento a partir de ahora... Espero no equivocarme en mi camino. Confío ciegamente en la luz interna que me guía siempre. Nunca se ha equivocado o ha hecho las cosas mal: al mirar atrás en la vida soy plenamente consciente de esta realidad.

"Supongo que estoy aprendiendo.

Debo ahora ser más amable.
Pronto estaré de regreso".

Son palabras de Freddy Mercury en su impagable The show must go on.., con todo el significado que tenía y sigue teniendo esa canción para muchos de nosotros...

"Pronto estaré de regreso"... ¿Había Mercury alcanzado, en aquel momento suyo de tremenda cercanía a la muerte, la iluminación de lo que tan certeramente señalan las palabras de esa frase legendaria?

Urano: ya puedo oler tus familiares vientos de cambio, que llevas prendidos en tu camisa de Loco, hecha jirones...

Me entrego blandamente a ti.