A menudo, las personas suelen preguntarme por el reiki que practico.., y muchos se acercan con curiosidad más que evidente. Es normal. No son pocos los que sonríen, me miran con suspicacia, cuando no abiertamente con sorna, y me preguntan si no será todo una especie de sugestión.
Entonces, yo también sonrío... Porque el que me pregunta eso, desde luego, es que no me conoce. O al menos, no me conoce en profundidad.
Y lo digo porque siempre he sido de fiarme más bien poco, de creer que las cosas se consiguen mejor con el trabajo duro que mediante milagros. Siempre he querido experimentar, igualmente, todo por mi misma, sin intermediarios. Sólo así me convenzo de la realidad, o la irrealidad, de cada asunto que investigo. Mi vena periodística y mercurial, quizá, que se manifiesta de esta forma.
Algo parecido debió de pensar el maestro Usui, aquel sacerdote cristiano que fundó las bases del reiki japonés tal y como hoy lo conocemos. Mikao Usui, realmente, lo que estaba investigando (hay que decir que este señor llegó a decano de la Universidad; vamos, que no era ningún advenedizo) eran los milagros por imposición de manos del mismísimo Jesucristo. Y una cosa le llevó a la otra: acabó ingresando en un monasterio budista zen, donde siguió recopilando información de varios libros en sánscrito.
Al parecer, lo que hoy llamamos reiki se enseñaba ya en la India mucho tiempo atrás, y parece registrado en algunos de sus principales libros sagrados, como los Upanisads. Obviamente, no figura la palabra "reiki" (que es japonesa) ni el método es el mismo. Pero sí que se describen los efectos de la sanación espiritual, y los ritos y oraciones que se utilizaban para llamar al Buda Sanador.
El doctor Pearl, un médico americano que ha difundido un método similar al reiki, llamado "Reconexión", escribió al respecto lo siguiente:
"Lo que estás haciendo es reconectar las hebras.
Lo que estás haciendo es reconectar las cuerdas.
Lo que estás haciendo es traer información al planeta".
Bueno: reconexión, reiki.., lo que sea. Llamémosle como gustemos. ¿Realidad o ilusión? Yo recomiendo a cualquier persona que, simplemente, lo pruebe. Que pregunte por gente que le parezca de confianza, sobre sitios que considere fiables... Esto es importante para no meterse en algún asunto sectario o peligroso. Que lo pruebe, y luego me cuente. Que no espere milagros, eso sí: los milagros sólo están reservados, a lo que parece, a seres en todo punto mucho más evolucionados que yo misma XDDD. Pero la vida está hecha de pequeños milagros diarios, no lo olvidemos. Es todo mucho más sencillo de lo que parece; no hacen falta grandes aspavientos ni teorías
Probadlo.., y si decidís que todo es una ilusión, estáis en vuestro derecho. Pero yo creo que lo mejor, es experimentarlo por uno mismo. ¡Adelante! Siempre podréis juzgar las cosas de primera mano.
Besos!!
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