"¡Oh, hombre! ¡Eres lo que piensas, y en lo que piensas, en eso mismo te conviertes!".
Vedanta.
Por un motivo u otro, las personas nos encontramos, a lo largo de la vida, con multitud de situaciones diferentes. Unas veces nos afectan a nosotros directamente.., otras no. Algunas situaciones, incluso, resultan recurrentes. Sincronías, o como los más racionales gustan en llamar, "casualidades". Bueno: en mi caso las tengo perfectamente identificadas. Una de mis "casualidades" personales es la relación profunda con hombres que tienen alguna afección, crónica o no, en la piel. Otra, es la relación cercana con personas (hombres y mujeres) que han sufrido violaciones, malos tratos, o abusos sexuales en la infancia.
Antes me ponía tan enferma ante estos casos (era más joven, y muy inexperta), que la verdad, no sabía ni cómo reaccionar... Desconocía cómo podía ayudar (si es que podía). Antes yo lo veía todo mucho más cuesta arriba que ahora. Ahora pienso de forma diferente.
Podría decir mucho sobre este tema, y posiblemente lo haga más a fondo otro día. Hoy, sólamente quiero transcribir el texto de una revista que acabo de leer, y que se llama Universo Holístico. Corresponde al último número del mes de febrero 2009. El artículo se llama "Introducción al Nidra Yoga. La reeducación del subconsciente"; lo firma Santiago Pazhín, psicoterapeuta y profesor de Yoga especializado en el campo de la mente, y quiero publicarlo aquí por un motivo único.
Porque sé que la inocencia puede protegerse. Porque sé que no hay mal que no pueda combatirse. Porque jamás me daré por vencida cuando se trate de defender lo que todo el mundo debiera defender incondicionalmente.
No hay herida que no pueda sanarse. La voluntad del individuo es ley para conseguir este milagro. Transcribo aquella parte del artículo (que podéis encontrar íntegro en el link de la revista que os adjunto) que viene al caso:
"(...) He podido comprobar como la mayor parte de los males citados hunden sus raíces en la infancia (se refiere a los trastornos de conducta, carácter, baja autoestima, miedos, complejos). Es decir, en una mala educación infantil, con destacada carencia afectiva (...). Es ahí, en lo que podemos denominar "el sótano de la mente", donde se encuentran ocultas las causas y soluciones a problemas conductuales, fobias, miedos o complejos más arraigados, permitiendo alcanzar los cambios que precisemos, reestructurando nuestra personalidad. Es como entrar en el disco duro de un ordenador y formatearlo, a fin de elminar los pogramas negativos que puedan haber sido grabados desde la infancia, tales como "no puedo, no valgo, no merezco ser feliz" y otros similares, a la vez que implantando otros nuevos, opuestos y positivos, como por ejemplo "soy capaz, yo puedo, yo sirvo, yo merezco todo lo mejor" (...)
Sin duda, somos lo que pensamos que somos... Esta frase, que suelo utilizar en mis clases, cursos o conferencias sobre la mente, encierra en sí misma (en gran parte) el secreto de las diferencias entre los seres humanos, dentro de su relación consigo mismos y con la sociedad. ¿Qué es lo que hace que unas personas triunfen y otras fracasen en la vida? ¿Qué es lo que hace que unos sean más sanos, más felices o más propensos a atraer la buena suerte en sus vidas, mientras que otros suelen ser más propensos al sufrimiento, a la enfermedad, y pareciera como que la mala suerte les persiguiera constantemente?
La respuesta es: ¡sus pensamientos, su actitud mental, su forma de pensar hacia ellos mismos o el modo en que entienden la vida!. De acuerdo a la sabiduría Vedanta, "la misma mente que nos lleva al fracaso, la enfermedad o el sufrimiento, es la que nos puede llevar al éxito, la sanación y la dicha". ¿Cómo? Utilizando la mente de forma constructiva, por medio de una actitud optimista y positiva. Y créeme, no es algo tan difícil de conseguir, sólo hay que proponerse con firmeza el cambio necesario para lograrlo".
Mañana seguiré transcribiéndoos parte de este artículo. Trataré de enlazar cómo puede aplicarse este tipo de "reforzamiento personal" en individuos que han sufrido maltratos, abusos sexuales, violaciones.., en la infancia o fuera de ella.
¡Besotes!
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