Ayer nació el bebé de una amiga mía, Elena... Fuimos a verle por la tarde a la maternidad. Y eso me ha dado pie para escribir una serie de cosas que me rondan la cabeza al respecto desde hace tiempo. Me dicen que tengo un trauma gordo en relación con esto de la maternidad. Y la verdad, estoy empezando a creérmelo.., y tal vez a preocuparme. No me gustan los traumas, qué queréis que os diga. Por eso me preocupo.
La verdad es que nunca me tomo la cuestión de la maternidad con la naturalidad que las mujeres.., ni siquiera con la naturalidad de los hombres. Para mí, es una amenaza. Una amenaza hacia mi libertad: o más bien, hacia el propósito que siento que tengo que cumplir en esta vida. Es un ataque directo contra lo que estimo que es "lo que debo, necesito y quiero hacer".
Y por eso me pongo como una auténtica bestia cada vez que alguien me sugiere la posibilidad de que yo tenga hijos... Me revuelvo como una tigresa. Bueno, ya tengo 36 años. Quizá dentro de poco empiecen a no decírmelo, jajaja, y me quede por fin tranquila. ¡Qué pesada es la gente muchas veces, por Dios!
Los niños se consultan siempre en la Casa V; también hay que ver el signo que ocupa la cúspide de dicha Casa dentro del Zodíaco, los planetas que se encuentran en ella (de encontrarse: en mi caso no hay ninguno) y la dominante del tema natal; la ubicación dentro de un signo estéril o fértil de la Casa V o su regente (en mi caso, la Casa en sí está en Capricornio, signo muy estéril; mientras que su regente, Saturno, está en Tauro, signo muy fértil); La ubicación dentro de un signo estéril o fértil de la Luna (en mi caso en Sagitario, signo fértil, aunque muy influida por Capricornio, más estéril que una piedra); y la ubicación en un signo fértil o estéril de Venus (en mi caso en Cáncer, el signo fértil de la maternidad por excelencia).
La presencia de planetas estériles en la V es desfavorable a la progenitura (como en mi caso no existen, no hay nada ahí). Tampoco tengo en mi carta una dominante Saturno-Mercurio (afortunadamente, por Dios); ni Saturno-Sol; aunque sí Sol-Mercurio, que es desfavorable (mira tú por dónde). Aún así, percibo que, en cuestiones de niños, mi carta es más bien equilibrada: ni demasiado favorable, ni muy desfavorable.
Entonces, ¿qué diablos me pasa?
Como el asunto no se explique por el signo de la cúspide, voy a tener que seguir investigando. La V en Capricornio sugiere un afecto limitado por los hijos (con razón: cada vez que veo a un bebé, siento lo mismo que si viera una maleta; así de duro y de frío, pero es la verdad). Sin embargo, Capricornio en la V promueve un gran sentido de la obligación hacia los hijos (quizá por eso siempre he sentido que, de tenerlos, iba a ser una madre muy exigente, quizá algo severa e hiperprotectora). Con los hijos de los demás, asumo el papel del maestro (esto tiene mucho que ver con algo que vi en mi regresión, puesto que yo me dedicaba a cuidar y enseñar a jóvenes en aquella "vida".., y desde luego, me sentí plenamente identificada con lo que hago actualmente con los niños).
Además, Capri en la cúspide de la quinta promueve una gran cantidad de reserva y restricción en relación con mostrar mi propia creatividad personal (eso no es que me pase: es que es el pan nuestro de cada día). Por Dios.., pero si incluso cuando me alaba alguien por mi trabajo o por mis historias creativas (que las tengo, y en gran medida), no sé ni cómo reaccionar.., y me quedo como un témpano... Se puede ser muy sexual con esta posición, pero uno no lo parece a la primera de cambio (ni de coña, uno parece más bien asexual, aunque luego no lo sea). La sexualidad se controla, trata de controlarse, de mantener siempre el control sobre ése área de la vida.
La realización personal, con esta posición, suele retrasarse (que me lo digan a mí XDDD), y algunas veces, la sensación de obligación hacia los hijos puede anular o retrasar los logros personales... Quizá sea eso lo que siento: me tomaría la educación y la maternidad como un trabajo más, y querría poner toda la carne en el asador y aplicar toda mi energía en ese ámbito. Y sé que no puedo cubrir tan amplio espectro en mi vida: mi tiempo es limitado, mis energías, también.
Por cierto, una cosa curiosa: la cúspide de V en Capricuerno puede dar un amor excesivo por la acumulación de información, de tal manera que uno se pasa gran parte del tiempo leyendo o estudiando. ¡Por Dios, que me suena familiar!
Aún así, después de este análisis.., sí, me da que voy a tener que seguir investigando sobre esto. Me da, que me da... Siento que tengo miedo también, un miedo cerval, al embarazo y el parto. Y todo eso me mosquea.
Ya veremos.., ya veremos...
¡Besotes!
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