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viernes, 19 de abril de 2013

Los ancestros: ¿son tus limitaciones producto del pasado de tu familia?






















A veces, es necesario que algún terapeuta ayude al terapeuta, y en mi caso, esto ocurrió ayer.

Ya he explicado a lo largo de los últimos meses que estoy intrigada y preocupada sobre algunos temas específicos que tienen que ver con la prosperidad de las personas individuales... Atando cabos, uniendo unas técnicas con otras, unas teorías con las de más allá, investigando, razonando, poniendo en práctica lo que yo sé sobre mí misma (primero sobre mí, Señor, como diría un templario XD), fui avanzando, avanzando, avanzando en determinar las causas, los orígenes y la problemática de esta casuística de la abundancia o la escasez, más o menos, a trancas y barrancas...

... Hasta que llegué a un punto muerto.

Efectivamente: sabía, tenía claro que algo, dentro de mi, me impedía avanzar más allá. Sabía que, por ejemplo en mi caso, había algo que me impedía obtener la abundancia a partir de mi trabajo (como siempre he deseado y querido, y practicado además) en estos precisos momentos de mi historia. De acuerdo, todo el mundo dice que estamos en crisis, pero yo no me dejo engañar por los intereses particulares de unos pocos que quieren aprovecharse de muchos. Entonces.., ¿dónde carajo estaba el problema que yo, con todas mis técnicas combinadas, con toda mi experiencia, con toda mi intuición y mi enorme fuerza energética, no era capaz de comprender, eh?

No: no me estoy tirando flores porque no tenga abuela, que ya no la tengo.., es que es la pura verdad. Me encontraba en un punto muerto, como digo, sin posibilidad de ir hacia delante y hacia atrás. En un "tiempo del no tiempo", como decían los mayas, en un callejón sin salida. ¡Y a los gatos no nos gustan los callejones sin salida, no!

Porque se me ofrecieron varias "señales" y "sincronías" específicas, opté por pedir la ayuda y el consejo de un terapeuta, en este caso Rocío de la Vega, que trabaja en Madrid el tema de las constelaciones familiares desde una formación previa en psicología con un enfoque jungiano, creo yo, que me parece muy acertado.

Lo curioso del tema no es que allí aparecieran mi padre, mi madre, mi abuela, mi otra abuela, un tío de mi madre que surgió de improviso, etc... Todo esto me hubiera parecido razonable y hasta coherente, nada raro, desde luego (dentro del ámbito de rareza que yo estoy acostumbrada a transitar, que es muy elevado para el común, claro XD). Aparecieron también mi trabajo como periodista, mi trabajo holístico, mi amor al trabajo, yo misma.., bueno, en fin, una serie de símbolos y representaciones varias del problema a tratar, que por lo que veo son bastante normales en el trabajo con constelaciones familiares. Hasta ahí nada raro.

Hago un inciso para aclarar que estoy trabajando también la lunación de este mes, como hago muchos meses, y que me cae en la astrológica Casa 7. Durante una meditación bastante sorprendente, se me aparecieron arquetipos relacionados con "alimentarme" simbólicamente de mi luna (mi madre).., cosa que es bastante coherente cuando de abundancia y prosperidad estamos hablando, en general. Lo que me resultó raro es encontrarme también con simbolismos célticos, relacionados en todo caso con el mundo celta (como la piedra quiastolita, esa piedra con forma de cruz que acabo casi de enterarme de que utilizaban los celtas para identificarse y hacerse valer). Nótese especialmente la frase "hacerse valer", porque tiene mucha, pero que muuucha importancia en este caso. También aparecieron temas relacionados con lo a gusto y "como en casa" que me siento yo en Asturias.., así como diversos espíritus protectores de la naturaleza, diosecillos celtas o bichejos típicos de la tradición astur, tales como el Cuélebre, el Nubero o la Xana.

Lo raro.., lo realmente raro de la experiencia de estas constelaciones, es que apareció alguien que no es "de mi familia de sangre" ni por el forro... Hasta el momento, tenía la idea (peregrina supongo, entiendo quizá que basada en el desconocimiento de esta técnica) de que en las constelaciones familiares (o sistémicas, como también se llaman) tan sólo aparecía gente de tu propia sangre, es decir, unida de una forma u otra por lazos de sangre a tu clan familiar. ¡Pues va a ser que no, o al menos, que no sólo! Allí apareció un elemento masculino, que venía desde luego por la rama de mi padre, que estaba cabreado, muy cabreado, y que reclamaba justicia porque no se le iba el cabreo "ni pa atrás", como diría un buen castizo... Su cabreo estaba relacionado con que reclamaba la inclusión en la familia de él mismo, y de un niño (también masculino) de cierta estirpe perdida allá lejos, en alguno de los recovecos, vueltas y revueltas de mi familia de alma; algo así como que se les reconociera e incluyera dentro del clan familiar, que es uno de los trabajos que se realizan en el ámbito de las constelaciones familiares, para los que no hayáis trabajado nunca con el tema.

Bueno: lo más sorprendente es que yo YA SABÍA que existía este problema (trabajo unificando diversas técnicas, como las regresiones, para averiguar qué pasa y sobre todo, por qué pasa).., pero no lo había logrado, no había sido suficiente. Al parecer, las constelaciones familiares sí que consiguen, de alguna manera, poner las cosas en su lugar.

También sorprende que, simbólicamente, yo estuviera renunciando "por amor incondicional" (en las constelaciones se considera que uno puede llegar a sacrificarse literalmente por amor incondicional mal entendido, para "pagar" las deudas contraídas por el grupo familiar contra un miembro de la familia en el pasado) a mi proyección profesional debido a este problema. En regresión, yo he visto muchas, muchas cosas que no puedo ni debo explicar aquí, pero que tienen una enorme relación con el estatus social, el ser excluido de un grupo, la renuncia al amor y a la abundancia y la prosperidad, y la asimilación de una situación de pobreza y desamparo sumamente crítica. Todo eso me pasó a mi en algún momento, pero no había hecho "los deberes completos": no me había reivindicado a mi misma, ni a otros que sufrieron la pérdida, porque no era capaz ni sabía cómo conseguirlo.

Curiosamente, estos hechos precisamente tienen relación con el mundo celta... Yo he rechazado lo celta durante mucho tiempo, me ponía negra e inclusive de los nervios, muy, muy violenta y agresiva, por todo lo que pasó. Ahora me he puesto al cuello la quiastolita porque reclamo esa herencia que perdí y la reclamo para todos los que sufrieron o la perdieron en su momento... Y también he asumido la piedra de luna enteramente (me ha costado lo mío asumir en mi cuerpo este anillo de piedra de luna que me regalaron hace rato, porque por el mismo motivo que renunciaba a mi herencia, estaba también renunciando a la LUNA, o sea, a la prosperidad, ENTRE OTRAS COSAS).

Bueno: como no puedo contar la historia entera, espero que al menos se entienda más o menos lo básico de lo que quiero decir. Emplearé el viejo sistema de los puntos clave para dejarlo aún más claro, si es posible:

- Hay gente que no es de nuestra sangre actualmente, pero que sí es de nuestra familia... Por lo tanto, en el trabajo con constelaciones familiares hay que honrarles, reconocerles y darles también su lugar en la familia (¡en la tuya, en la actual!).

- Tomar a tu madre y a tu padre en las constelaciones es fundamental para asimilar y aceptar tu prosperidad. Igualmente, si hay alguna injusticia (como era mi caso) en la línea de sangre, puede ser suficiente como para que tú no consigas prosperar como debes en esta vida, ni tomar las riendas de tu destino.

- Que tú odies a tu jefe, como pasaba conmigo en el trabajo, puede tener que ver con que exista un conflicto poderoso con alguien de tu familia que, en algún momento, haya representado para ti una figura de autoridad o poder, incluso paternal si cabe. Si las constelaciones funcionan, el conflicto acaba, el odio se disuelve y la agresividad desaparece.

Lo del jefe (ex jefe para mi, en este caso) lo menciono porque así me ocurría últimamente... En definitiva, llevo arrastrando un conflicto muy enquistado y jodido, referente a mi "familia de alma", durante el curso de vaya usted a saber cuántas generaciones, y he estado sometiéndome, sacrificándome, victimizándome y a la vez, cabreándome y violentándome a mi y a los demás por esa causa (soy de esencia poco victimista, la verdad, y mi espíritu interior es demasiado guerrero como para agachar la cabeza sin decir "oste ni moste"). He tomado en diversas partes del camino de mi existencia a distintas personas de mi entorno, como en este caso mi ex jefe, para que actuaran como proyecciones de este conflicto de sangre a pequeña escala, con el fin, supongo y espero, de poder darme la voz de alarma de que algo extraño estaba pasando en mi interior. La magia de las constelaciones y el hecho de que realmente funcionan se demuestra en el hecho de que, por ejemplo, toda la noche llevo soñando con mi ex jefe en términos ya no de amistad y camaradería, sino de profunda compenetración y solidaridad. Simpático e incluso un poco espeluznante, ¿eh? XDXD

Fuera de bromas, la cosa me ha resultado lo suficientemente impactante, flipante e importante, como para verme obligada a transmitirla. Os he contado de pé a pá mi propia experiencia, hasta los límites que el decoro y el respeto por otras personas que viven actualmente me permiten. ¡Reflexionad sobre esto, no os esté pasando a vosotros/as algo parecido y, por eso mismo, tengáis problemas con el tema del trabajo, la abundancia y la prosperidad!

Finalmente, y para dar fin a este tocho innombrable que hoy os he escrito con todo mi amor (eso sí XD), un detalle gracioso (entre la miríada de detalles graciosos, sincronías espectaculares y flipes en forma de señales que experimenté ayer mismo, durante la sesión de constelaciones de una hora de duración): cuando volví a casa, hice una especie de pequeño ritual que tenía pendiente desde hace tiempo, y en el cual, simplemente puse una foto de parte de miembros de mi familia materna (que yo consideraba que había que honrar desde hacía ya tiempo) dentro de una urna neolítica que tengo (correspondiente a un enterramiento neolítico del tipo urna)... La velita minúscula que puse tililó de tal manera, proyectando sombras chinescas contra la pared de mi salón, y adoptando dichas sombras (lo juro y tengo testigos, y hasta fotos) la forma inequívoca de un barco, como los que se utilizaban antiguamente en el Mediterráneo para el transporte de pasajeros. ¡Flipados nos quedamos los que lo vimos! "Fíjate, ahí van mis almitas, camino de su descanso, como tiene que ser", comenté yo misma al ver la figura sombría que se había formado allí mismo.

Es más: durante algún momento en el transcurso de la constelación, sentí perfectamente (y a la terapeuta así se lo comenté) como si miríadas de seres me apoyaran "desde atrás", desde el pasado: mis ancestros, mis manes, no sé bien cómo explicarlo. Desde aquí también, y por medio de estas líneas, yo les honro y les reconozco. Una fuerza impresionante que viene desde lo que llamamos "pasado" está aquí, con nosotros, día y noche. ¡Y nos ayudan, nos protegen y nos apoyan para que cumplamos, sí o sí, nuestro propio destino!

... Pa qué engañaros... Todavía estoy alucinada con lo de ayer, pero no quiero alargarme más. ¡Ya es suficiente! Solamente deciros que Rocío, mi terapeuta, no creo que llegara a saber del todo lo que estaba pasando (yo sí: para eso es mi constelación, y para eso he sido entrenada). Lo que sí notó es que la temperatura de la habitación subió.., ¡4 grados! Os prometo que me puse a sudar como un pollo, la energía y el fuego que salía de mí, desprendiéndose, hubiera bastado para hacer una buena chasca, ¡jajajajaja!


... Y por si fuera poco, he dormido como los ángeles.

¡Un besote, gracias por leerme, y buen fin de semana para todas y todos!


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