La marca en la espalda

El otro día tuve una larga (e intensa) conversación con una persona que no puedo nombrar aquí, porque para estas cosas (como los abogados, periodistas y hasta curas) me tengo que acoger al secreto profesional necesariamente...

Pero daré algunos datos: aproximadamente unos 55 años; poca cultura; bien arreglada, apañadita; probablemente no guapa, pero sí graciosa en su juventud; y perdónenme la inconveniencia, pero poseedora una mirada intensa, plutoniana, como de loca peligrosa, que metía miedo.

Me pidió la carta astral y no sé cuántas otras cosas más (una tirada de tarot, un amuleto para protegerse, un talismán de los que pinto, etc). De haber querido aprovecharme, le hubiera sacado limpiamente 200 euros.., o más. Madre mía.., qué necesidad imperiosa de gastar el dinero en cualquier chorrada. ¡Alucinante!

Aunque lo de los 200 euros, de darse el caso (que no se va a dar) tampoco hubiera sido una enorme maldad por mi parte, porque lo cierto es que ella me arrebató limpiamente la energía que daba gusto, oiga... Cuando llegué a mi casa yo era, literalmente, una piltrafa humana. Sólo acerté a desplomarme en el colchón y echarme a dormir. ¡Y eso solamente por estar cerca de ella, escuchándola, durante 20 minutos, no más!

No hacía más que repetir una frase que me ponía los pelos de punta: "es que voy a conseguirle, es que voy a tenerle". Si no lo dijo 20 veces no lo dijo ninguna. Se refería a un hombre, por supuesto. Según ella, le estaba "destinado". Él había enviudado hacía poco, y ella afirmó (también en repetidas ocasiones), que "iba a por él". Me pidió algún bebedizo, sortilegio o cosa rara para que se olvidara de la muerta (porque, según ella, le hacían daño esos "votos" que él, ciertamente, había "firmado" con la difunta, de guardarle el respeto, o la ausencia, o vaya usted a saber qué). Sonreía como un demonio y, con los ojos echando chispas me aseguró, absolutamente convencida, que él era "su alma gemela" y que "no iba a volver a pasarle lo de siempre"; para resumir, esta señora aseguraba (con mucha inquina y cierto tinte peligroso en la mirada) que la gente habitualmente la dejaba sola; que la traicionaban; que no eran capaces de apreciar "su amor verdadero"; y que todas sus anteriores relaciones o parejas habían sido unos desgraciados, unos falsos que se habían aprovechado de su buena fe, de su inocencia y de su candidez elemental, no sé bajo qué forma (porque no quise decir ni mú).

Eso sí, tímidamente, me atreví a preguntarle: "Entonces, ¿todas esas personas no te han dado nada, no han aportado a tu vida absolutamente nada?". Para qué lo hice... Empezó a echar espumarajos por la boca, como si fuera un perro poseído por la rabia. Ya no me atreví a comentarle que, cuando nos enfrentamos en nuestra vida, una y otra vez, a cuestiones repetitivas, que parecen ser la misma siempre, es que el Todopoderoso nos está, literalmente, tirando de las orejas. Nos pasa a todos. Cualquier suceso que parezca repetirse una y mil veces en nuestra existencia es una causa pendiente. Obedece a un aprendizaje, a una experiencia íntima del alma, necesaria de afrontar para pasar a otra fase. Y, o lo tomamos en cuenta, o seguimos dándole vueltas al Laberinto, como el Minotauro. Como le pasaba a ésta.

Disculpadme si hablo duro, pero es que todo esto ya me tiene un poquito harta. Estoy hasta ahí mismo de las falsas "víctimas", y las hay a patadas. Una cosa es que uno vaya tranquilamente por la calle y se le caiga una maceta en la cabeza, y lo mate (bueno: eso podría ser una víctima, aunque a saber..). Otra cosa es el caso de esta señora.., y de tantos y tantas como ella.

Otra cosa es el victimismo, vaya.

Porque me digo yo: ¿cómo sabe esta buena señora el tipo de "votos" que ha hecho aquel en quien tiene puesto el ojo en relación a la finada (eso si los ha hecho realmente)? ¿Cómo determina que a este señor lo que le conviene es irse a vivir con ella, dado que quiere "conseguirle" a toda costa? ¿Cómo diablos puede conocer el divino designio que la impulsa a afirmar, sin ningún género de duda, que el tal viudo es "su alma gemela"?

Estoy del tema de las almas gemelas literalmente hasta los ovarios. Lo diré una sola vez, y no pienso volver a repetirlo más en este foro: EXISTEN COMPAÑEROS DE ALMA, Y NO UNO, SINO VARIOS. Son más bien "grupos" que "personas". No uno, sino varios, ¿capici? Y además, lo que se hace con esta gente es aprender, Y EL APRENDIZAJE NO SIEMPRE ES DELICADO, MARAVILLOSO Y ARMÓNICO. Cojones, ya. Que somos cerriles porque SOMOS EGOÍSTAS. En otras palabras: no entendemos porque no queremos entender; nos cuesta dolor aprender, y claro, así nos va luego.

Como a la señora ésta, que piensa que por hacer tres pases mágicos y ponerse cuatro amuletos se le va a solucionar la existencia... Estoy absolutamente en contra de todas esas mentiras, así me muera de hambre el resto de mi vida no haré, no haré, no haré sortilegios chorras ni cucamonas en las que no creo para sacarle el money al personal.

¿Quién sabe lo que nos conviene en la vida? ¿Lo sabes tú, lo sabéis vosotros? Pues yo no. Una cosa son los deseos de la peña y otra, muy distinta, lo que la basca tiene que vivir, lo que le conviene a su alma inmortal, lo que debe hacer, lo que es de ley... Y de esa ley no escrita no sabe nadie, ni siquiera el más experimentado de todos los tarotistas, ni siquiera el más sabio de todos los astrólogos. En algunos momentos de lucidez, tras un duro e intenso trabajo espiritual, tras dejarnos caer abruptamente en brazos de la fe más ciega y más poderosa, y tras un camino espinoso, empinado, muchas veces solitario y en plena lucha contra la incomprensión más absoluta por parte de los que amamos podemos atisbar, entre brumas, retazos de ese destino que significa para nosotros EL MAYOR BIEN POSIBLE.

... Desconfiad siempre de todo aquel que os "muestre el camino" y que afirme saber "lo que os conviene". Sea quien sea. Os cueste lo que os cueste. Porque ese tipo de revelaciones sólo están limitadas a los santos, a los sabios, y por supuesto, a la Divinidad.

Yo voy a tirarme al ruedo y a hacer un augurio. Me siento hoy pitonisa. Cual si de la Pitia se tratase, afirmo rotundamente que esta señora va a seguir pasándolo mal, muy mal, básicamente porque se empeña en manipular al prójimo. Hay muchas formas de manipulación: unas son muy evidentes, y otras son muy sutiles. Todo se basa en lo que sacas o aportas del o al prójimo, respectivamente. Yo misma puedo caer en las redes de la automanipulación, o de la manipulación a los demás. Por ejemplo, si me diera por creerme poseedora de poderes especiales para solucionar la vida a las multitudes. Y es una tentación muy fuerte, no crean ;-)

Llevamos la marca de nuestro pasado ardiendo en carne viva detrás, a la espalda, generalmente fuera de nuestra vista... Con sinceridad, fuerza, fe y no pocas dosis de arrojo, podemos avanzar y liberar nuestros miedos y condicionamientos. Con victimismo, manipulación, odio, rencor, cinismo y miedo, ni de coña. Se puede retroceder todo lo que se ha andado en cuestión de instantes. Mucho cuidado.

Yo, cuando tengo dudas sobre mi propia integridad al respecto, me pregunto si quiero para la otra persona el mayor bien para su vida.., o si, por el contrario, lo que quiero es más bien.., mi propio bien :-)

Ojo al dato: que no es lo mismo mi bien que el de los demás. De hecho, no tiene absolutamente nada que ver.

... Y del bien de los demás, yo sé poco. Sólo Dios conoce acerca de sus verdaderas necesidades.

¡Besotes!