Pues no: no me he pasado al Otro Lado (todavía); no he estado de "puente", ni divirtiéndome, sino trabajando (y bastante); y no es que no haya escrito por pereza, qué va, sino porque Mercurio se pone mañana retrógrado.., pero ya lo voy sintiendo desde hace más o menos una semana.
Última retrogradación del año para este planeta tan rápido que afecta a las comunicaciones, el comercio, las relaciones, la banca, la firma de acuerdos o contratos, los estudios y tantas y tantas cosas... Para aquellos que, como en mi caso, lo llevan como regente de su Ascendente, puede representar incluso una revisión del estado de salud; lo que resulte depende de muchas otras cosas: direcciones, revolución solar, lunar, carta de la persona, etc, etc.., como explico siempre a todo el que quiere oírme. Mercurio estará R desde el 6 al 26 de noviembre de 2012.., pero su influencia tendrá relevancia hasta el 14 de diciembre de este año, momento en el que volverá al grado exacto en el que se estacionará mañana. El planeta se une, así, a los cuatro retrógrados que tenemos en este momento.., contando con Quirón.
Todos los años escribo algo sobre Samhain, Halloween y Todos los Santos, que son unas fechas que me apasionan y me encantan desde pequeñita... Este año no lo he hecho, pero he estado reflexionando (y bastante) sobre el tema de la muerte y todo lo que ello conlleva. No soy de ir mucho a los cementerios (no por nada: el camposanto es un lugar donde uno está relativamente tranquilo), pero como dicen en mi tierra, por estas fechas siempre "la procesión va por dentro" (la procesión de la Santa Compaña, será, jajaja), y tampoco preciso tanto de parafernalias externas, realmente.
La facilidad que tengo para analizar, con cierta lucidez y sin dramas, todo lo relativo al tema de la muerte, me ha sugerido en estos últimos días que, muy probablemente, gran parte de los problemas que arrastramos inconscientemente las personas, y que ni siquiera sabemos de qué índole son, tienen mucho, muchísimo que ver con la existencia en nuestro mundo inconsciente de algún tipo de proceso de duelo interno del que no tenemos noticia. ¡Me explicaré!
Mucha, mucha gente me consulta por "lazos" emocionales declarados o turbulentos con personas con las que comparten (o no) la vida; los que preguntan no saben qué carajo hacer para poder superar eso que, por lo general, les provoca tanto dolor, tanto sufrimiento inútil (desde el punto de vista racional y lógico, claro). Estos días pensaba en la importancia del duelo como motor y fundamento de muchos de esos procesos (por experiencia propia). Si ahondamos, mediante la técnica de la regresión por ejemplo, en nuestro mundo interno, acabamos dándonos cuenta de que las grandes muertes no superadas que forman parte del acervo de nuestra existencia como seres infinitos y eternos, en múltiples ocasiones nos atan, limitan y sujetan tanto, que pueden provocar efectos indeseados sobre nuestra capacidad de amar, sobre nuestra prosperidad, sobre nuestra felicidad y sobre nuestro bienestar.
Si te has quedado enganchado en un proceso de duelo por la muerte de algún ser querido, aunque no lo sepas, es posible que todavía no lo hayas superado. ¡Es muy posible que ese proceso de duelo esté condicionando tu forma de actuar todavía! Quizá sientas que no sabes por qué actúas como actúas; quizás no comprendas qué demonios es lo que todavía te ata a esa persona porque, por más que le des vueltas, no existe ninguna explicación lógica para explicar ese lazo. Es posible que no puedas mostrarte en todo tu esplendor como Ser Divino porque te sientes culpable por algo. Es perfectamente viable que no reconozcas tu lugar en el mundo, que te castigues sin una razón aparente, que te autolimites sin comprender por qué lo haces. Todo eso que enumero son síntomas de procesos de duelo no superados, provinientes de otro lugar en el espacio y del tiempo, y que aún no han sido superados.
La tercera y última retrogradación de Mercurio en este año me está indicando que estamos ante unas fechas fabulosas (durante todo este mes de noviembre) para adentrarnos en nuestros procesos de duelo internos, tomar conciencia, desmenuzarlos y, por qué no, tratar de superarlos para recuperar partes perdidas de nosotros mismos de las que aún no podemos disponer con total libertad. No te voy a engañar: este asunto siempre resulta doloroso. Duele como un millar de gatos quemándose en las entrañas de un horno a 360 grados, jajaja... Pero afirmo, y esto es también por experiencia: más duele seguir en duelo, y no saberlo. ¡Mucho, mucho más! Como decía tantas veces mi abuela, que en paz descanse:
"Más vale vergüenza en cara, que dolor de corazón".
Mira en tu interior. Revisa si tu corazón te dicta que existe la posibilidad de que te hayas quedado atrapado/a en alguna dinámica aún inexplorada de duelo interno por alguien a quién alguna vez quisiste con toda tu alma... Si tu corazón te dice que sí, no lo pongas en duda: más bien, trata de hacerle caso, y recapacita. Toma cartas en el asunto: da igual la terapia o el terapeuta que elijas, eso pertenece al ámbito de tu libre albedrío. Pero por favor: no lo dejes. No lo dejes porque seguirás arrastrándolo, eternamente, como un inmenso ramo de rosas negras en tu alma. No importa si el propio terapeuta eres tú. No importa si quieres hacerlo a tu manera, o bien con la ayuda de otros. ¡Pero no lo dejes estar, sin más!
Como dice tan acertadamente mi amiga Sabina, "en esta vida ama, perdona y olvida"...
¡O por lo menos, inténtalo!
Bienvenido, Noviembre.., ¡y buenos días, amig@s!
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