La hipnosis terapeútica es una técnica que sirve para activar nuestros propios procesos de curación desde nuestra mente no consciente. Gracias a la hipnosis, y mediante el apropiado uso de la palabra por parte del terapeuta, se aprovecha el poder de la sugestión para crear una nueva "realidad" en la mente del paciente, y de esta forma permitir que se originen en ella ideas de renovación, sanación o mejora, que activarán todos los procesos de cambio.
Aunque no lo creamos, los procesos de sugestión hipnótica están continuamente presentes en nuestra vida cotidiana. ¿El ejemplo más claro? La victoria antes de ayer de la Selección Española en la Eurocopa. Miles y miles de personas gritando al unísono como descosidos, desaforados, presas de la euforia más absoluta. Se trata, aunque no lo parezca, de un proceso de sugestión generalizada de muchas personas a la vez, sometidos a un mismo sentimiento de alegría desenfrenada, hipnótica y contagiosa.
De hecho, la hipnosis se encuentra entre las técnicas más ancestrales utilizadas por las sociedades humanas: todos conocemos y comprendemos el poder hipnótico de una danza tribal alrededor del fuego, por ejemplo, y los rituales chamánicos la siguen utilizando. Pero volviendo a nuestros días, se utiliza la hipnosis terapéutica para aliviar o transformar patrones de conducta indeseados, y resolver de esta manera numerosos conflictos psicológicos.
¿Cuáles son los desarreglos que se pueden tratar con terapia hipnótica? Pues de todo tipo, como las adicciones, los patrones de comportamiento cíclicos obsesivos, la ansiedad, las depresiones, las fobias o el insomnio. ¡Incluso se puede tratar el adelgazar o el dejar de fumar con ayuda de la hipnosis!
Además, la hipnoterapia se puede utilizar para potenciar las propias capacidades, para incrementar nuestra autoestima, para favorecer la práctica de conductas asertivas, para mejorar nuestras aptitudes sociales, para incrementar nuestra memoria, duplicar la convicción de nuestros discursos, aprender a tomar decisiones con el mínimo esfuerzo, etc.
La hipnosis como tal es un estado alterado de conciencia, muy relajado y de disociación, durante el cual sólo una parte de nuestra mente está trabajando, pero al hacerlo sobre algo muy concreto, se incrementa exponencialmente nuestro nivel de concentración. La palabra "disociación" no debe asustarnos: cuando vemos por ejemplo una película, y estamos muy concentrados sobre lo que vemos, una parte de nuestra mente sabe que se trata de una película.., pero eso no impide que nos emocionemos, nos asustemos o incluso nos indignemos sobre el motivo del argumento.
... Es absolutamente falso que las personas pierdan la conciencia o que se encuentren a merced del terapeuta cuando acceden a una terapia de hipnosis... ¡Son ideas equivocadas, producto de los shows de TV y de las leyendas urbanas! La verdad es que un paciente bajo hipnosis es perfectamente consciente de lo que ocurre; puede memorizar y razonar tan bien (y aún mejor) que una persona en estado "normal"; puede escuchar, entender, hablar, responder, reír, y salir del trance hipnótico cuando le apetece a él, y no al terapeuta. Además, sus capacidades no se ven disminuidas, sino aumentadas.
Una de las terapias más controvertidas relacionada con la hipnosis, pero con mayor grado de éxito, es la terapia regresiva. En ella se trata de buscar el origen del problema del paciente, puesto que sólo el incosciente conoce la clave de muchas cosas que nos afectan. Ahí, en nuestro incosciente, está la respuesta a dónde se generaron nuestros patrones de conducta dañinos. "Estar en regresión" es trasladarse imaginariamente en el tiempo para revivir emociones, y también para tratar de construir, una vez allí, un patrón de conducta saludable.., que repare el trauma que generó el patrón erróneo.
A través de la terapia regresiva podemos solucionar uno de los patrones de conducta que más daño nos hacen: el mito de la víctima contra el verdugo. Todos tenemos, en nuestro interior, las claves para solventar multitud de conflictos en los que nos tenemos que enfrentar, tanto a la idea de que somos culpables por algo terrible que hemos cometido, como a la de que somos víctimas inocentes de alguna tremebunda injusticia, cometida por otro u otros, y que nos impide desarrollarnos tal y como sería nuestro deseo.
En todo caso, la hipnosis no es como la cuentan, ¡ni muchísimo menos! Es un territorio fascinante y más seguro de lo que los apóstoles del miedo nos han querido hacer creer. Atrévete y lo verás. ¡Tan sólo tienes que probarlo!
¡Besotes!
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2 comentarios:
Me encanta todo lo que escribes. Siempre me ha interesado la terapia regresiva, me falta valor, y parné!
No es tan caro, ¿eh? Dependiendo del terapeuta... Dependiendo también de cuántas sesiones necesites, está claro. En todo caso, de verdad que no es tan fiero el león como lo pintan, jajaja... Hay gente que incluso tiene visiones de teóricas vidas pasadas que tienen mucho de belleza, felicidad y armonía. ¡Que no todo van a ser cosas espelunantes, mujer! ;-)
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