Para empezar esta entrada, tengo que decir que no soy médico, y que todo lo que voy a decir a continuación es fruto de mi propia experiencia personal (con reiki y otras terapias holísticas).
Hace aproximadamente dos años me diagnosticaron tensión elevada. Tan, tan elevada, que más de dos y más de tres veces me enviaron al hospital, porque corría el riesgo de que me quedara "seca" en medio de un ataque. En aquel entonces, se supone que la causa era el trabajo y los indeseables que allí había (bueno: si me hubiera pasado ahora, los asuntos no hubieran llegado a ese límite, pero en fin, uno aprende.., o no). Sin embargo, bien es verdad que lo mío con la tensión arterial corresponde a un laaaargo proceso, de muchos años, soportando cargas excesivas, sometida a restricciones sin límite, y obligada a pasar por alto toda una serie de injusticias demasiado evidentes para todos, menos para mi.
... No os cuento esto para quejarme ni para que me paséis la mano por el lomo, por cierto, porque sé bien que todas estas dolencias mías tienen sus origen en mi interior. No culpo a nadie, pues estoy convencida de que las manifestaciones del cuerpo son, indiscutiblemente, un reflejo del estado del alma. Parece que sí hay estudios que demuestran que, por ejemplo, las personas que tienden a estar siempre con los músculos del cuello tensionados, suelen tener la tensión alta. De hecho, lo que sí está comprobado científicamente es que todas las situaciones de estrés mental se reflejan en la musculatura de las cervicales y las dorsales. Y yo siempre he notado esa zona muy, muy cargada. Lo denominan "síndrome del cuello de tortuga", y consiste en que, cuando nos vemos invadidos por emociones muy negativas, tendemos a contraer los hombros hacia arriba.
La mala leche contenida (ésa que se le pone a uno cuando, por ejemplo, se siente víctima de una injusticia constante a lo largo de mucho, mucho tiempo) también provoca dicho síndrome (ese tensionar constante de los músculos del cuello, tan asociado a la hipertensión como lo es la propia ira que la origina)... La presión alta tiene muchísima relación con las contracturas de cuello. ¡Pero también tiene que ver con el bruxismo, ese rechinar de dientes constante que he padecid desde la adolescencia, asociado asimismo a la ira contenida! El bruxismo no es más que tensión acumulada en los músculos mandibulares y cervicales. Resulta que la mandíbula es una articulación que está situada muy cerca de una parte del cerebro donde almacenamos las emociones. Algunos odontólogos holísticos aseguran que, si desde pequeños hemos sufrido muchas presiones, dudas o represión, la musculatura de la mandíbula suele estar sumamente tensa en la edad adulta.
Las personas sometidas a ataques constantes desarrollan pautas de respuesta defensiva continua, y eso puede, a la larga, generar una grave hipertensión. Los médicos (ahora sí) afirman tajantemente que entre las características emocionales y de personalidad que evidencian mayor relación con la hipertensión, destacan la ansiedad y la ira. El "darle vueltas excesivas a las cosas" también tiene un efecto negativo sobre la hipertensión. En el extraordinario libro "La enfermedad como camino", de Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke, se explica que cuando uno está constantemente pensando qué es lo que va a hacer, pero no tiene (por el motivo que sea) la oportunidad de llevarlo a cabo, genera un estado de tensión constante, no resolutivo, que puede llegar a cronificarse.
Aparentemente, el hipertenso no resuelve sus conflictos, por eso siempre está en estado de tensión (hipertensión). Se mantiene constantemente al borde del conflicto, pero sin aportar una solución. Así pues, los conflictos no resueltos pueden hacer que un ser humano literalmente estalle, si es que no encuentra una solución a ellos. La hipertesión es debida a la agresividad reprimida: el sujeto es privado de la posibilidad de defenderse, y en consecuencia la hostilidad permanece permanentemente "encallada" en el ámbito de la idea, sin descargarse de forma efectiva. A este proceso, muchos hipertensos lo denominan "autocontrol", cuando en realidad se trata de represión pura y dura.
He posteado todo esto porque estoy segura de que muchos de vosotros/as podéis estar en el mismo caso que yo, y como sé que la hipertensión es llamada por los médicos "la muerte silenciosa", me cabe la esperanza de que esta entrada de hoy os anime a tomároslo en serio y lograr una mejor calidad en vuestras vidas... En el siguiente enlace se explica teóricamente como deberíamos aprender a manejar la ira, reduciendo tanto las emociones que nos genera como la respuesta fisiológica que nos provoca... Éste otro parece también muy interesante, pero no explica técnicas específicas. Yo personalmente recomiendo reiki tanto para el control de los sentimientos negativos, ira, frustración, etc.., además de para la hipertensión, claro está. Para los que no comulguen con este tipo de técnicas, aquí os dejo un interesante enlace que muestra técnicas de meditación muy efectivas que pueden ayudarnos a controlar la ira sobremanera.
¡Un abrazo muy fuerte, y como decía Usui, no os cabreéis!
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6 comentarios:
yo lamentablemente tambien sufro de bruxismo y la causa de la tension es debido a que cuando iba en la secundaria sufria mucho bullying y ahora de adulto traigo siempre la mandibula tensa y para descargar la ira he llegado hasta apuñalear a alguien y problemas relativos, son las consecuencias pero no se como manejarlo
Hola, Anónimo: evidentemente, es la ira. Es un gran problema, desde luego, pero no imbatible! Todo puede tratarse, un buen psicólogo o terapeuta puede llegar a hacer milagros. Te recomiendo la terapia de constelaciones familiares, los psicólogos utilizan un tratamiento cognitivo conductual para la agresividad. ¡Mucha suerte, y si quieres, puedes entrar y contarnos tus progresos!
Aquí te dejo información sobre uno de los tratamientos... ¡Un besote!
http://www.cop.es/colegiados/M-00451/agresividad.html
Hola, Andrómeda. Soy Susana, de Buenos Aires. Estoy buscando información porque necesito entenderme. Tengo muchos años de terapia tradicional y el año pasado tuve a mi segundo hijo, pero pasé por momentos terribles, debido a que nació con salud muy delicada. De esto hace ya un año y cinco meses, y gracias al cielo el bebé ha mejorado muchísimo y va a tener una vida normal poco a poco. El caso es que todo lo vivido me ha generado un desapego por mi actividad de madre (cosa que amaba: tengo una peque de casi nueve años que siempre fue mi devoción), y estoy tratando de solucionar eso con una terapia de Counseling. Pero hace una semana, entrando a mi trabajo (soy docente) me quedé dura de la cabeza hasta la cintura. Fue una sensación horrible, pero no lo atendí en el momento. Y ahora, una semana después, caímos todos con un virus de resfrío y zás, empecé a tener todos los síntomas propios de la cervicalgia: mareos, náuseas, dolor de cabeza, dolor en las cuencas de los ojos, dureza en el cuello, dolor, dolor y más dolor. Para colmo, me encontraron presión alta. Horrible. Todo de golpe. Se supone que tengo que tratarlo, y lo haré por todos los medios, pero quería informarme de cuál es la relación entre una cosa y otra. Y claro, parece lógico, pero si no te lo dicen...
Así que muchas gracias por tu blog, iré a leer un poco los enlaces.
Saludos!
Susana
Hola, Andrómeda. Soy Susana, de Buenos Aires. Estoy buscando información porque necesito entenderme. Tengo muchos años de terapia tradicional y el año pasado tuve a mi segundo hijo, pero pasé por momentos terribles, debido a que nació con salud muy delicada. De esto hace ya un año y cinco meses, y gracias al cielo el bebé ha mejorado muchísimo y va a tener una vida normal poco a poco. El caso es que todo lo vivido me ha generado un desapego por mi actividad de madre (cosa que amaba: tengo una peque de casi nueve años que siempre fue mi devoción), y estoy tratando de solucionar eso con una terapia de Counseling. Pero hace una semana, entrando a mi trabajo (soy docente) me quedé dura de la cabeza hasta la cintura. Fue una sensación horrible, pero no lo atendí en el momento. Y ahora, una semana después, caímos todos con un virus de resfrío y zás, empecé a tener todos los síntomas propios de la cervicalgia: mareos, náuseas, dolor de cabeza, dolor en las cuencas de los ojos, dureza en el cuello, dolor, dolor y más dolor. Para colmo, me encontraron presión alta. Horrible. Todo de golpe. Se supone que tengo que tratarlo, y lo haré por todos los medios, pero quería informarme de cuál es la relación entre una cosa y otra. Y claro, parece lógico, pero si no te lo dicen...
Así que gracias por tu blog, iré a leer un poco los enlaces.
Saludos!
Susana
De nada, Susana! Me alegro que te sirva! Para cualquier cosa, ya sabes dónde estoy... Un saludo!
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