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miércoles, 23 de noviembre de 2011

El león en invierno




























"El egoísmo no es vivir como uno desea vivir: es pedir a los demás que vivan como uno quiere vivir" Oscar Wilde.

"Más vale morir una vez como un león, que mil veces como un perro" Mi padre.
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En este mundo, amigos/amigas, conocidos/conocidas, lectores (¿lectoras?), cada uno va a su propia película.

Es así: no es para llorar, ni para tirarse de los pelos o para arrojarse desde el Puente Segovia... Cada cual se erige voluntariamente en protagonista de un drama determinado, al parecer. Mi particular película se llama "El león en invierno".

Hace muchos, muchos años que la vi por televisión, cuando la televisión era un sitio en el que todavía se podían encontrar cosas interesantes (ahora ya, muy raramente...). Se trata de un film británico de 1968, dirigido por Anthony Harvey, en el que un magistral Peter O'Toole (actorazo), encarnado en el rey Enrique II de Inglaterra, celebra la fiesta de la Navidad de 1183, y ordena liberar para ello a su esposa, Leonor de Aquitania (la también soberbia Katherine Hepburn) del encierro al que él mismo la ha sometido durante más de 10 años. En el castillo de Chinon (actualmente Francia) se reúnen pues, para honrar las Pascuas, ambos monarcas; pero también la amante del rey (Alais, personaje histórico más conocido como Adela de Francia); el valiente y futuro rey de Inglaterra "Ricardo Corazón de León", hijo mayor de la pareja (encarnado por el también brutal actorazo Anthony Hopkins); el manipulador y mezquino Goffey, futuro Godofredo II de Bretaña (a cargo de John Castle); y el hijo menor, Juan, futuro "Juan sin Tierra" (Juan I de Inglaterra), interpretado por Nigel Tierry... En ese contexto, tenso y casi absurdo, unos y otros se ponen a jugar sus cartas, en un intento por dirimir quién será el sucesor al trono. Tras una serie de complots, el rey de Francia le descubre a Enrique II las intenciones de sus hijos, y él mismo (que es el auténtico León en Invierno al que se refiere el título de la película) reniega de todos ellos y hasta de su amante, Alais, tras una fuerte discursión con su esposa Leonor.

Pues amigos, así me siento yo últimamente: como el león en invierno. Será la retrogradación de mi planeta/eje (no digo yo que no), pero cada vez tengo más la sensación de estar lanzando rugidos al aire y a solas, en mitad de un vendaval invernal y de la oscuridad. Llevo varios días intentando comunicar lo que veo que se nos viene encima, y nada: es como si hablara con las paredes, oigan. Les aseguro que a nadie le interesa. Es como pegar voces en un concierto de sordos. Como prender una luz en un cónclave de ciegos. Ni siquiera aquellos a los que yo consideraba más cercanos, mis incondicionales, están interesados realmente en escuchar mis palabras: les importa un ardite. Dicen que sí, que sí, pero yo sé que no: cada cual va a su bola, siguiendo el guión de su propia película, y en paz. A nadie le interesa la situación por la que está atravesando España en estos momentos; a nadie mis propias inquietudes o mis propias necesidades. Dicen que sí, que les interesa, pero yo sé (porque mi alter ego, el jaguar nocturno, ve profundamente en las entrañas de la misma oscuridad) que eso no es cierto. En definitiva, cada uno sigue a rajatabla el papel que desea desempeñar en su propia "película"; o más a lo bestia y a las claras, por así decir: sólo se interesan por ellos mismos, aunque juren una y mil veces que estoy loca o que me lo imagino.

... El león camina ahora en solitario por un territorio inhóspito, negándose a ceder a los requerimientos de los que no han querido ver el antes, ni ahora quieren ver el después... Cada cual sigue, como en ese fantástico cuadro de mi admirado El Bosco, "La nave de los locos", queriendo alimentar sus propios deseos, o sus propios vicios, o sus propias necesidades, sin pararse a pensar en las consecuencias, o sin detenerse a ver si el prójimo está bien o mal, si está de acuerdo o en desacuerdo... España es ahora mismo la nave de los locos, por ejemplo: hace mucho tiempo que lo ha sido, y por supuesto que lo sigue siendo, ¿por qué habrían de cambiar las cosas, si nadie lo desea? Todo lo que está basado en una mentira, cae antes o después por su propio peso. Y la mentira es de proporciones hercúleas: ni antes hubo bonanza, ni ahora hay crisis. Todo son excusas: excusas para mantener a la gran mayoría controlada bajo la amenaza del miedo (como siempre); excusas para vivir bien "porque hay que potenciar la élite" (que lo he oído en repetidas ocasiones a las claras y sin disimulo en diversos ámbitos durante estos tres últimos días) a costa del trabajo, del sufrimiento y del sacrificio de los de abajo (como siempre); excusas para argumentar en base a la religión, a la ética, a la moral y a la espiritualidad.., cuando antes no hemos abirto la boca ni tan siquiera un ápice para denunciar los abusos contra esa misma religión, ética, moral y la espiritualidad (como siempre); en fin: excusas para desposeer al de al lado de su patrimonio vital (educación, progreso, bienestar, salud, alegría, seguridad, riqueza, conocimiento), porque ésa es la única forma de que yo suba mientras tú bajes.., ¡como siempre! Me da la sensación de que llevo milenios viendo el mismo drama, la misma película. ¿Cómo quieren que no me aburra a estas alturas del film?

Pero ni hablar, oigan: no se puede ni hablar, que molestamos a los intereses de los que tienen otros deseos, otras necesidades, otros gustos, otros futuros "in mente".., ajenos completamente a mis deseos, necesidades, y gustos, por cierto... Así que ya me callo. Me rodea el silencio y la oscuridad, la incomprensión, el egoísmo del alma ajena, pero no me importa. Soy un león, y los leones mueren de pie. Unos piden trabajo; otros piden casa; unos piden amor; otros piden éxito; unos piden élites; otros piden recortes; unos piden seguridad; otros piden dinero.

¿Y saben.., saben lo que pido yo, definitivamente?

Lo único que pido es que se olviden de mi, que me dejen en paz.., porque si no les interesa lo que tengo que decir, si no les interesa lo que me preocupa, lo que yo veo y siento, lo que necesito y lo que imploro, entonces, prefiero hacer como Enrique II y desterrarles a todos de mi vida y de mi pensamiento para siempre.

Al fin y al cabo, me siento y me sigo sintiendo como él: como el león en invierno.

Saludos.., si es que hay alguien ahí...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

claro que hay alguien ahí............
siempre.......
ayer lei los articulos que me faltaban este concreta mente a un no,,,,,,
pero si lei la coletilla final de si
ahí alguien pues claroooooooo....
besitusssssss

luego mientras como me lo leere......

Luz de Andrómeda dijo...

Ufff: con cariño, no sé si recomendarte que te lo leas comiendo. ¡Mira que si te atragantas!

Besitos...

advinsteven dijo...

Wow what a nice article keep with shearing us...

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ShinyWish dijo...

Ánimo.
Soy nuevo por acá, pero al leer publicaciones antiguas, vi que manejas muchos temas que me interesan. Así que, aquí tienes a un lector fiel ^^
PD: Me interesó la película, voy a ver si la consigo xD

Luz de Andrómeda dijo...

Gracias, ShinyWish: por todo. Por los ánimos y por lo demás ;-)

Ah: yo conseguí esa película en el área de DVDs tan maja que tenían antes en la cadena comercial VIPs.., ahora creo que la han quitado, o al menos no la he visto, en mis últimas visitas. Consigo DVDs de películas clásicas en un kiosko que hay en Bilbao, Madrid, a muy buenos precios, pero como siempre, supongo que se podrán encontrar en muchos otros sitios.

¡Un saludito! ¡Y gracias again!