Transcripción completa del artículo escrito por Ramiro Calle en la revista Universo Holístico número 39, titulado por el autor "Gurucillos"; también es interesante leerse este enlace, en el cual se da mucha y relevante información para todos aquellos que tengan dudas sobre sus maestros o profesores espirituales, y quieran saber si son adecuados o no para su crecimiento interior.
¡Besotes!
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"Además de tener que soportar a esos indeseados gurús de masas que sólo pretenden, con su desmesurado y paranoide ego-rascacielos, detentar el monopolio de la verdad (su "verdad"), que se les rinda pleitesía y llenar hasta que rebosen sus arcas, han surgido desde hace años en nuestro país los imitadores y mediocres copistas de aquellos que, a pesar de todos sus esfuerzos, su verborrea védica, sus atuendos anaranjados, su compulsivo narcisismo y sus egocéntricas maneras, no logran más que ser "gurucillos", reflejos melifluos de los prepotentes gurús de masas pero que, al igual que ellos, quieren tener la prerrogativa de la verdad cuando ellos mismos son una mentira viviente y se mueven por adoctrinamientos, creencias y conceptos mal aprendidos y peor digeridos, pero nunca por genuinas experiencias.
Pomposos catacaldos que encuentran entre los débiles o faltos de discernimiento a sus acólitos, a los que parecen tener hipnotizados. ¡Qué pena salir de la propia cárcel para entrar en la de uno de estos gurús de masas o gurucillos! Y es que el ego es el gran embaucador, y de ahí el adagio que reza: "Si quieres ver cara a cara al demonio, mira tu propio ego".
Mi fraterno amigo Víctor Martínez Flores, tan alérgico como yo a los falsos gurúes, declara: "las características del verdadero gurú se resumen en: son bastones, pero no pies. Nunca dan respuestas, sino que hacen preguntas. Su frente es baja, pues la puerta de su sabiduría es pequeña. Pero el más cierto es aquel gurú que nos mira por las mañanas desde el espejo, pues toda verdad se halla dentro del ser humano".
La necesidad de un gurú sólo encierra orfandad emocional, minoría de edad. Si tuviera que elegir uno sería a Diógenes, que todas las noches recorría Atenas con un farol, buscando a un hombre sensato.
... Y precisamente lo que se necesitan son buscadores espirituales sensatos y no mentecatos, pues el buscador tiene que activar su discernimiento, y sobre todo apelar a su gurú interno. Ramakrishna, como hombre sensato que era, además de santo de santos, preveía contra la profesión de gurú y sus fastidiosos e impúdicos alardes. ¿Qué hubiera pensado de los gurucillos, pobres de espíritu en el peor sentido (que no en el bíblico), pero que para alimentar su enfermizo ego siempre encuentran a desvalidos emocionales que les hacen el juego. Como decía mi buen y admirado amigo, el profesor Fittippani-Ronconi, "... aunque nacen libres, hay personas que se empeñan en morir esclavos...". En el ámbito de la verdadera espiritualidad, no hay lugar para farsantes.., y menos para fantoches. Que, no olvidemos, cada uno es su propio refugio".
Ramiro Calle.
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12 comentarios:
Se supone que el maestro se expresa ya a temprana edad, pero el maestro depende de los demás para hacer su labor por lo tanto ha de aprender a no depender , y por lo tanto ha de tomar distancia . Pero yo creo que hay muchos maestros tardíos también , que despiertan a mas larga edad, y han de ofrecer su sabiduría a los demás de todos modos, sinó no completarían su vida tampoco... Yo creo que una de las pistas que un maestro o una maestra es más válid@ es por ejemplo que no tiene vicios de ningún tipo , ya sea de cualquier naturaleza y forma imaginable,y eso es básico , porque caer en los mismos errores y repetir clichés mentales no es más que una pequeña limitación a la evolución espiritual, también hay otro , es el que se refiere a la crítica limitadora,y excesiva de otros maestros o aprendices ya que la jerarquía en el espíritu es totalmente inexistente ,este es evidente...muy evidente
Un abrazo
Sergio
¡Hola, Sergio!
Pues no sé si se expresará el maestro o no a temprana edad (supongo que sí, aunque desde el exterior no siempre se vea).
Hombre: no tener vicios de ningún tipo a mi me parece simplemente irreal, porque somos humanos, pero vamos, es mi opinión tan sólo, habría que pensar sobre eso. ¿Qué es para ti un vicio?
Sí que estoy de acuerdo en que un verdadero maestro no critica, ni los demás caminos espirituales, ni los que elige la gente para crecer, o no.
¡Saluditos, majo!
hola maestr@s,,,,,,,,,,,
pues no se como definir un buen o un mal maestro.......
pues creo que la lucidez se da en todas las personas,,,,,,,,
a veces acertadamente y otras no.
el problema reside creo en que en un estado de lucidez........ el ego tire a creerse mejor.
y perder la capacidad de ser alumno,,, te aleja de la maestria.
estas personas que se erigen semi dioses por encima del resto,,,,,,
pierden de vista la realidad...
uno puede tener pasiones que otros eleven a un arte,,,,,,,,,,,
pero el epicentro de cada ser es un templo sagrado....
no se bien bien, como definir a un ser que se erige en maestro,,,,,,,
a veces los miro y me digo que karma tan duro.
con los vicios tambien entiendo que somos carnales,,,,,,
pero no tenerlo no implica ser mejor que nadie,,, si no que hay un control
sobre el ser carnal que somos. y los vicios muchas veces es algo cultural lo que los define.
pero no implica que esa persona se mejor que nadie....
no se creo que aveces la vida nos regala un ser que tiene la capacidad de hacer espejo ..........
mostrandose como maestro y permitiendonos ser alumnus....
y otras al rebes.
cuando alguien me consulta algo ,,,,,,,,,,, yo miro he interpreto,,,,,
a veces acertadamento y otras seguro que no tanto.
pero ello no implica nada,,,,,,,
luego tengo que ir al water como todo hijo de "dios" a cagar.
eso creo que podemos elevar distintas pasiones al arte , pero nunca podremos renegar de que tenemos que ir al baño.
y pensar que otros no tenga que ir.
besituuuuus
Hola Andrómeda,
Precisamente ayer platicaba con una amiga que estuvo 25 o 30 años (no recuerdo bien) siguiendo a una guru que se llamaba Chokma (en Estados Unidos). Esta mujer entre muchas otras cosas impartía "satsang" (como lo indica el link) era una mujer occidental de raza negra hija de una prostituta y que tenia la cualidad de lavarle el cerebro a todos los que se le acercaban. A mi amiga le sacó cientos de miles de dolares, la convenció de vender tres casas y que le entregara todo el dinero para el bien del santuario y mi amiga sin chistar siquiera se lo entregó todo... esta vieja disque gurú se ha de estar pudriendo en el infierno. Lo peor del caso es que la tal gurú siempre rechazó a mi amiga y ella siguó ahi por decadas hasta que un día se iba a realizar una ceremonia de no se qué que era la mayor ceremonia a la que podías aspirar en ese "santuario" y se lo negaron a mi amiga y ella lloró toda la noche. A la mañana siguiente se despertó agarró sus pocas pertenencias porque además vivían con carencias grandísimas y decidió marcharse para nunca más volver.
La historia de su vida es mucho mas complicada y ahi no comienza ni termina, pero ahora se da cuenta del grandísimo error que cometió al acercarse a esa mujer por tantos años...
Muchos, muchos de los puntos que indica el link para detectar a un falso gurú los tenía esta disque "gurú".
Mi amiga cada vez que me cuenta algo de esta mujer yo pienso ¿cómo pudo caer en eso? En fin... cada quien con su historia.
Un Abrazo
Luz
Un vicio peyorativamente hablando,es aquel acto repetitivo
obsesivo , de manera que se puedan utilizar tóxicos
peligrosos o tener prácticas o manías extremas (en éste
caso podríamos incluir a maestr@s espirituales ,
manipuladores con sus alumn@s dependientes emocionalmente)
y que crea mucho gozo inmediato pero que desgasta
energéticamente en su uso, se tiende a caer en él de
nuevo para recargar ese gozo inmediatamente, llegando a
generar una espiral negativa de pérdida vital que no nos
deja salir de su propio laberinto, y por lo tanto
psicológicamente no estaríamos en plena libertad de
actuación para evolucionar espiritualmente , si es lo que
se desea , claro .
No se me ocurre ahora otra manera de definir vicio, seguro que hay bastantes más .
Sergio
Toni: sí, yo también creo eso. Que todos tenemos más o menos momentos de lucidez. ¿No se dice, bajo mi punto de vista correctamente, que todos somos parte de Dios? Pues entonces, ¿cómo no vamos a tener todos un pequeño porcentaje, al menos, de la verdad?
Todo maestro que se precie debería saber que estará durante toda su vida aprendiendo constantemente de otros/as... ¡Es verdad lo que dices!
¿Sabes lo que pienso? Que los vicios son "malos", si nos crean sufrimiento, o crean sufrimiento a los demás. ¡Ésa es mi definición de vicio!
Jajajaja: dios mio, lo de cagar me ha llegado al alma!!
XDDDDD!!
Luz: me alegra mucho que hayas contado esto aquí. Servirá a mucha gente, espero, para estar al tanto de todos estos "caraduras".
Hay que tener mucho cuidado con Neptuno. Siempre lo he dicho.
Besotes, wapa!
Así es, cuidado con Neptuno!!!
Mi amiga tiene Neptuno en XII cuadrado a Venus en IX... que taaaaaaaal, así o más claro?!?!? (a más nublado!?!?!)
Yo a eso le llamo NEPTUNAZO!!!
Buen finde!
Luz
Hola Andrómeda.
La historia que te cuento es larga por lo que dividí en 4 entradas... perdona.
Cada día me queda más claro que no hay casualidades. Buscando en la internet sobre falsos gurúes, he leído tu artículo y te cuento la experiencia que tuve con uno de esos, que bien llama Ramiro Calle, "gurucillos". Espero que no te resulte muy largo de leer.
Siempre me ha interesado saber sobre lo que está más allá de lo "tangible", y que muchos lo llaman metafísica, ocultismo, misticismo, etc. En 1998, conocí a un tal Dr. C.; si bien no es un mal médico y al principio estaba muy cuerdo en cuanto a platicar sobre sus conocimientos y experiencias acerca de la metafísica, y hasta recomendar literatura como "El Libro de Oro de Saint Germain", lamentablemente éste fue "perdiendo piso" y con el paso del tiempo ha llegado a la locura.
Resulta que en un afán por saciar nuestra curiosidad sobre el tema, nos invitó a mi esposo y a mí, así como a una de mis cuñadas y a una "amiga" suya, M., a que hiciéramos formales las pláticas estableciendo un día y hora fija a la semana.
Al principio fue muy ilustrativo, interesante y divertido, pues no sólo leíamos mucho, sino que de las pláticas se sacaba buen provecho que nos encaminaba hacia el autoconocimiento. Todos teníamos tiempo de seguir haciendo nuestra vida y coincidir una vez por semana para “filosofar” sobre los temas que tocábamos.
Con el paso del tiempo, al grupo se unieron la hermana de M., su ahora cuñado, y unas cuantas personas más entre pacientes y trabajadores del Dr. C.
Formamos un pequeño grupo de 10 personas y además de las pláticas, también llevamos a cabo sesiones de meditación y decretos a la manera que el Dr. C. había aprendido del Summit Lighthouse, agrupación que había abandonado en el pasado por diferencias.
Aunque todo iba bien y la coherencia era la línea directriz, la situación empezó a degenerarse cuando, por querer quedar bien con M., quien invariablemente siempre tiene que estar rodeada de toda su "corte" – es decir sus padres, tías, primos y demás familiares y amigos – el Dr. C., interpretando un supuesto dictado otorgado a él por el Maestro Saint Germain, dio la orden de que se abriera la enseñanza y se formara un grupo, que él Dr. C. dirigiría.
Así fue como todo empezó. Para ese entonces, mi esposo y mi cuñada, quienes conocían muy bien a M. desde la niñez, así como a sus dotes de manipulación, resultado de una total falta de madurez emocional, ya habían abandonado el grupo, no sólo porque el trabajo de cada uno así se los exigía, sino porque, manteniendo la cordura, vieron lo que yo no quise durante 10 años.
Si bien parecía una buena idea que más personas conocieran sobre las enseñanzas, motivo por el cual dediqué todo mi tiempo y energía a ayudar en la formación de lo que sería una asociación, mi buena disposición y capacidad de entrega, así como mi estupidez, manejada hábilmente por el Dr. C., me convirtieron en un zombi sin voluntad, listo para obedecer sin chistar a todo lo que de la boca del Dr. C. saliera.
Del grupo original se formó el ‘Grupo de Pilares’, formado por quienes teníamos más “experiencia”, y para representar a cada uno de los Chohanes de los Rayos, y dirigir las acciones de la asociación civil sin fines de lucro que habíamos fundado.
Con el paso del tiempo, y dado el altísimo nivel de evolución que siempre se encargaba de presumir, cierto día el Dr. C., nos anunció que “en vivo y a todo color” se le había presentado, en privado, el Maestro Saint Germain para colocarle en el oído un, según él mismo lo llamó, “dispositivo termo-transmisor de origen mineral” (?), pues ya había logrado alcanzar el grado de mensajero de los Maestros Ascendidos, Arcángeles y demás seres de luz, y que a partir de ese momento se convertía en nuestro gurú, nombre por el que deberíamos llamarlo ante la comunidad.
M. y yo fuimos designadas profesoras, y por lo menos en mi caso, se colocó un tremendo peso sobre mis hombros: saber que de mí dependía que no sólo se enseñara sino que se educara a quienes acudían a la asociación, y que lo que yo enseñara favorecería o entorpecería (con su respectiva dosis de karma) su evolución espiritual parecía ¡y era! un hueso demasiado grande de roer. Evidentemente, con tal presión, y el constante acicate del Dr. C. de no consultar ninguna otra fuente que no fueran sus recomendaciones o palabras – pues para ese entonces uno ya no sabría cuándo estaba hablando el Dr. C. y cuándo eran palabras que algún Maestro le estaba dictando – con el paso del tiempo, yo misma caí en la trampa de sólo obedecer y dejar de discernir; veía al Dr. C. como una fuente inagotable de sabiduría, y él mismo, para aprovecharse de mis capacidades y conocimientos, me nombró su asistente personal.
Mis labores, además de soportar el escarnio del Dr. C. hacia mi persona para ejemplificar y amenizar las clases con los recién llegados, no sólo consistían en permanecer perfectamente inmóvil, con las manos sobre el teclado, y sin hacer ruido alguno para evitar cualquier distracción a su dictado y el consabido arranque de furia y frustración de su parte, sino que además debía lidiar con la “amistad” de M., quien si bien después de mucho hostigarlo había logrado por fin convertirse en la Señora de C., ello no le resultaba suficiente, y movida por sus celos, exigía saber todo lo que el Dr. C. y yo conversábamos, y hasta del contenido de los correos que él recibía. Siendo el Dr. C. víctima de sus propios dramas emocionales no resueltos, la cosa siempre acababa mal, y en sus interminables peleas buscaban hacerme partícipe como el árbitro vendido que diera la razón a uno en contra del otro, y el que queda bien con uno… De la mejor manera posible, me salía por la tangente, y esto siempre enfureció a M., necesitada de tener siempre la razón y la última palabra. Para no distraer la atención hacia el propósito de mi trabajo en la asociación, en la medida de lo posible, procuraba jugar con ellos el consabido “eso me gusta y eso me das”, pero verdaderamente cada día ya se había convertido en una pesadilla.
Mi pobre esposo, quien pacientemente siempre me oía vomitar todos mis malestares, en infinidad de ocasiones me sugería que los mandara al diablo, pero yo pensaba que parte de mi destino era ayudar a los demás, ¿y qué mejor forma de hacerlo que por medio de la asociación, en la que después de todo ya había puesto tanta energía y tiempo?... inocentemente creía que podía permanecer al margen de la relación personal del Dr. C. con su esposa.
El Dr. C. siguió dándonos, al grupo más avanzado y de Pilares, sus interpretaciones de los libros de H.P. Blavasky, A. Bessant, los Vedas y similares, sustentándose en el entendido de que dichas interpretaciones no eran de su autoría sino dictados directos de quien ahora era su gurú personal: el Maestro Kuthumi. Por años, el Dr. C. dijo transmitir mensajes de seres de luz, pero jamás ofreció una fuente externa a él mismo a la cual remitirse para comprobar que en verdad era un mensajero, y que en realidad se trataba de seres de luz de quienes recibíamos los mensajes. Sólo repetía una y otra vez que uno debía abrirse para sentir la energía del Maestro y que, a menos que el fuera un excelente actor, no podría tener una jerga literaria tan variada que encajara con la personalidad de cada ser que él canalizaba.
Pasado un tiempo y dada la supuesta evolución que había logrado, así como por su generosidad en retrasar su entrada al paraíso, el Dr. C. había sido visto con buenos ojos por Sanat Kumara – la epítome de la espiritualidad y creador de todos los seres según la Doctrina Secreta de H.P. Blavasky y los Vedas – para que ser elegido como su representante en la tierra. En pocas palabras, Sanat Kumara es para los hindúes lo que Dios Padre para los católicos. Así que de un día para otro, el Dr. C. se convirtió en Sri I. K. quien poco después, nombró a su amada llama gemela y esposa, M., representante de Lady Venus, casualmente la llama gemela de Sanat Kumara. Obviamente M. cambió su nombre por el de I. S. En ese punto, ambos perdieron la cordura y el sentido común. Y en ese momento, para mí, ya nada tuvo sentido.
En verdad reconozco que creí en él y en lo que decía, más de lo que debía; que en mi necesidad de encajar en un grupo selecto de seres evolucionados y bondadosos destinados a salvar al planeta, y ser un baluarte de justicia, verdad e integridad, me obligué a crear mis propios espejismos y a vivirlos como una realidad innegable. Sí, es cierto, también aguanté muchas vejaciones de parte de ambos, ¡pero esta divinización que me estaban obligando a aceptar, fue demasiado!
Si bien hice todo lo posible por preservar la relación de “amistad” que había surgido con él y con su esposa, ellos me hicieron la labor cada día más y más difícil. Lo convirtieron en algo imposible de sobrellevar el día en que, por celos, E., esposa de G. (uno de los miembros de la asociación quien me estaba pidiendo ayuda para formar un negocio de gelatinas), alentada por su propia hermana L., me acusaron ante M. y el Dr. C. de sostener una relación sexual con G., el esposo de E. Esta pobre mujer enferma, quien ante mí confesó tener problemas psiquiátricos y no estar en posibilidad de adquirir sus medicamentos para continuar su tratamiento y recuperar la salud, en dos ocasiones me encaró, y en ambas, después de explicarle que su esposo y yo sólo teníamos una relación de trabajo, ella, llorando se disculpó conmigo y dio por concluido el asunto. L. la hermana de E., con una muy perversa intención de dañar, la convenció de presentar una queja ante los ahora divinos Dr. C. y M.
Muy sorprendida expliqué la situación, y la sentencia que recibí de M. fue que yo no era una persona digna de confianza, que no sabía ser buena amiga y que siempre había tratado de separarla del Dr. C. Sin entender qué tenía eso que ver con la acusación presentada contra mí, y sobre todo, esperando que el Dr. C., líder de la asociación y quien más cordura debiera tener, interviniera para que la plática retomara su curso original, me quedé esperando lo que nunca sucedió. Cuando M. me aseveró que ella estaba segura que algo había pasado entre G. y yo, supe entonces que ella buscaba un problema para su solución y que el Dr. C. no intervendría porque a sus ojos, yo había puesto en entredicho a los Maestros y sus enseñanzas.
En ese momento, haciendo uso de toda mi educación y buenas maneras, me retiré y no volví. Esto sucedió hace más de 3 años, y lo gracioso es que hasta la fecha, ellos están muy ofendidos porque no me sometí ha su llamado a juicio.
Gracias a Dios, a la Madre Divina, a los Maestros o a quien sea que le caiga bien “allá arriba” pude zafarme de esta asociación, que hoy puedo apreciarla como lo que realmente es para mí: una secta más, fanática, con tintes mesiánicos y fatalistas, formadora de “Guardianes de la Luz” que muy divorciados están en su práctica del grado que ostentan, y liderados por M. a quien sobre todas las cosas siempre hay que rendirle pleitesía, y el Dr. C., que tanto gusta de enseñar basándose en una psicología del terror.
Ojalá que todos sus seguidores leyeran esto para que entendieran por qué me salí, pero aún así, su fanatismo e idolatría hacia el Dr. C y hacia M. es tal, que no lo entenderían, y a fin de cuentas, pienso que no porque a mí no me haya funcionado, no quiere decir que no funcione para otros.
Seguramente fue por mi necesidad de entender cómo avanzar en el aspecto espiritual que caí en este lugar; quizás por mi forma de ser, sea que confíe en el Dr. C., y talvez por mi carácter, toleré al Dr. C. y a M. tantísimos años, pero las respuestas han llegado y sé que mi avance ha sido enorme desde que me alejé de ellos. Ha sido un proceso largo pero ahora puedo platicarlo como una experiencia más de vida. En el momento en el que me encuentro ahora, esta frase arroja mucha luz a mi camino: “El punto de lograr la liberación es regresar a la Esencia sin encomendar a una divinidad hipotética la tarea de responsabilizarse de nuestro destino”.
Muchas gracias por tu paciencia al leer este documento, traté de hacerlo lo más breve posible, y sobre todo, para que cada vez sea menos la gente que cae en manos de gurucillos como éstos.
M.D.V.
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