María Reiche: el espíritu del desierto nasqueño

"... Portera de la soledad, ya dejaste de ser la temida vieja europea de las pampas grises, la disimulada bruja que tenía extrañas comunicaciones con los vientos, las estrellas fulgurantes y los signos misteriosos.

Y te han convertido, por fin, en lo que eres: una delgada línea de ciencia alta, pero muy alta, que roza con sus manos huesudas y sarmentosas el rumbo de los luceros y las constelaciones, desde los dibujos terrestres de las pampas, hasta el infinito azul.

El picaflor detenido en la pizarra ocre, el felino que ha dejado de caminar, convertido en dibujo; el simio de enroscada cola; el perro que sólo ladra temeroso en las noches; las mil líneas que atraviesan la llanura para dividirla".

Artículo publicado en el diario Expreso, el 18 de mayo de 1983, por el periodista Jorge Donayre Belaunde.

Extraído del libro "María Reiche: la Dama de las Pampas", de Josué Lancho Rojas.

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Desde luego, no le faltaba más que la escoba a la "vieja europea de las pampas grises"...

Estoy segura de que bastará con ver esta foto para que muchos ignorantes, otros cuantos escépticos (cada vez pienso más que el escepticismo es una forma de ignorancia, mezclada con cierta suerte de potente cerrazón mental y espiritual) y algún que otro tonto, se echen las manos a la cabeza.

Pero María Reiche era un ser excepcional, a cuyo trabajo agotador, infatigable, constante y dedicado debemos la declaración de las increíbles Líneas de Nazca (Nasca) como Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la UNESCO.

Una científica vestida con harapos y portando una escoba, en las impresionantes soledades de la árida pampa peruana. ¿Para qué queremos más?

Ella tenía poco... Por no tener, no tenía ni siquiera las herramientas básicas que cualquier topógrafo que se precie necesita (y lo sé muy bien, porque mi padre empezó su carrera siendo topógrafo). Contaba en cambio con inverosímiles instrumentos para hacer sus mediciones: una escalera de mano, varios palos atados con cuerdas, una escoba. Otros útiles que aprovechaba en sus trabajos eran varias alforjas, un camión desvencijado y un botijo.

... Y sin embargo, María Reiche no era chamán, ni bruja, ni loca... No pertenecía a la New Age. Era tan sólo matemática.

Y sobre todo, por encima de todo, era libre.

Me preguntan qué me han dado en el Perú para volver tan cambiada de allí... Yo creo que se piensan que he estado tomando ayahuasca a saco, o metida en una secta.

... Pero es la tierra nasqueña la que me ha cambiado... Creo que he sido poseída por el espíritu inmortal de María Reiche.

Esta investigadora fue la primera que se aventuró a afirmar que, quizá, las Líneas representan el calendario más grande del mundo. Dedicó 50 años de su vida al estudio y medidas de los geoglifos nasqueños, tratando de establecer una relación entre ellos y su posible posición con respecto a los astros. Pensaba que los antiguos pobladores de la cultura Nazca habían utilizado esta área del desierto para conocer cuándo empezaba cada estación, cuál era la mejor época para cosechar y cuándo se iniciaban la lluvias.

Dicha teoría no puede demostrarse hoy en día, debido a que no existe una relación o base científica que la sustente... Aun así, el trabajo de Maria Reiche es reconocido porque, en realidad, esta mujer se enamoró de las líneas de Nazca y disfrutaba con su trabajo. Las gentes de Nazca, sin duda, la veneran porque le deben a María el numeroso turismo que reciben hoy en día: efectivamente, es enorme y constante el número de turistas que viajan hasta allí para conocer las extrañas líneas.., como fue mi caso.

Esta "loca" con pinta de hechicera, que se paseaba en ocasiones por esos desiertos medio desnuda, quemada por el inclemente sol y casi ciega por el mismo motivo, recibió en vida, entre otras condecoraciones, la Cruz Federal al Mérito primera clase de la República Federal de Alemania, país que la vio nacer (1983); el Título del Doctor Honorario de la universidad peruana de San Marcos; cinco doctorados honoris causa; y la "Orden del Sol" en el grado de Gran Cruz: la condecoración más importante que puede otorgarse en la República del Perú, también en 1993.

En fin: que yo me he subido al mirador que permite ver las líneas del Árbol, de la Mano y parte del Lagarto (mutilado por la Panamericana) gracias no sólo a su trabajo, sino a que fue ella misma la que, con su propio dinero, costeó las obras de esta gigantesca escalera en mitad de la pampa, a 13 metros de altura... Cada vez que vea la foto que tengo, subida ahí, lo recordaré bien.

Da igual que a uno no le comprendan... Da igual lo que los demás piensen de uno. Da lo mismo lo que ocurra: cuando la persona sigue su propia luz interior, su propia visión, su propio camino, es difícil, muy difícil que se equivoque.

Gracias por la lección gratuita que me has dado.., enorme, muy enorme, María de las Pampas...