miércoles, 10 de septiembre de 2014
La Mordedura Tajante
... Si no hubiera sido por Fernando, no hubiera cogido un bokken en toda mi vida.
Vuelvo de vacaciones con las energías renovadas y con la Visión mucho más clara que de costumbre. He dejado atrás unos cuantos "mareos existenciales" de los míos (no muy "heavies", todo hay que decirlo: al que ha regresado más de una vez de las Tinieblas, todo le parece ya como una caricia). Ahora tengo las cosas bastante más claras y se me ha pasado la primera impresión fuerte, el golpe de efecto, el trauma repentino: he asumido por fin una serie de cosas que había que tener en cuenta por narices, y con las que no contaba.., cosas muy raras y un poco desestabilizantes, que ni de coña me esperaba que fueran a aparecer ahora en mi vida, sin previo aviso.
Lo más difícil de trabajar como coach es aceptar que puede que tú veas claro el camino, pero que el que lo tiene que seguir es tu cliente. Lo más difícil de asumir, como cliente de un coach, es que sin aceptación no hay beneficio. O, dicho de otro modo: hay que ceder, abrirse, enfrentarse a uno mismo si es que se quieren obtener cambios reales en el corto, medio y largo plazo. Hay que decantarse por la acción y tomar las riendas de los propios asuntos: sin excusas, con valentía, con fe y sin demora. Pero los coach también somos humanos, y por ese mismo motivo, no tenemos más opción que asumir también nuestros propios asuntos, sean éstos cuales sean. ¡Y eso es lo que me ha pasado a mi en el último mes!
Hay un Hexagrama de I-Ching que siempre me ha gustado mucho, y que se denomina "La Mordedura Tajante"... Hace referencia a la acción decidida que requiere la eliminación de un obstáculo. Usualmente aparece en una tirada cuando el consultante ostenta algún tipo de desorden en su vida, y se hace preciso el uso de una gran cantidad de energía repentina, cortante y dinámica, para conseguir tirar por tierra el obstáculo. En este caso, el obstáculo puede ser tan puñetero como un intenso miedo a encargarse de algo que sabes que va a tener consecuencias determinantes en las vidas de unas cuantas personas de tu entorno más cercano.
Esto de los obstáculos no es moco de pavo, por cierto... No somos conscientes, en la mayoría de las ocasiones, de qué forma multitud de asuntos nos condicionan, nos frenan, nos impiden llevar adelante nuestros sueños. Las personas estamos la mayor parte del tiempo como dormidas: pensamos que poseemos el dominio sobre nuestros actos, pensamientos y acciones.., cuando en mil ocasiones actuamos movidos por nuestro inconsciente.
Pero aquellos que trabajamos más allá del inconsciente lo tenemos aún más difícil: sabemos cosas que los demás ni imaginan, pero eso no nos sustrae del miedo, de la duda, de la desesperanza, de la tentación de tomar "las de Villa Diego", etc.
Por ese mismo motivo siempre digo que valgo más por lo que callo que por lo que digo, y os aseguro que es así. También es verdad que casi todas las personas somos, y perdonadme la franqueza, sumamente pesadas: conozco clientes capaces de pasarse años, AÑOS, dándole bola una y otra vez al mismo asunto, yendo atrás y adelante constantemente, avanzando como el cangrejo (dos pasitos pa´lante, tres pasitos pa´tras). El Camino del Ser es duro, empinado, lleno de obstáculos y de piedras: más de uno se da por vencido a la primera de cambio. Reconozco y comprendo que, para seguir en esa pelea, en esa batalla terrible y tremebunda con uno mismo, hace falta algo más que músculos fuertes y simple empeño: hace falta una voluntad de acero, o mejor aún, de titanio. Nos empeñamos y empeñamos en resistir lo que nos toca, cuando lo que nos toca está específicamente diseñado para nuestra mejor y más profunda evolución espiritual.
He empezado diciendo que, si no hubiera sido por Fernando (mi pareja), no hubiera cogido un bokken en toda mi vida.., y es verdad. Yo no sé qué numen inspiró a Fer para que con tanta insistencia me diera la tabarra con los "tarugos" que, a la manera de bokken, antes vendían en el Decathlon(se empeñaba en comprarme uno cuando yo no quería ni verlos, y menos aún tocarlos). Al final, lo que son las cosas, he acabado practicando Iaido en el dojo de Mushinkan. A los efectos de lo que estoy intentando contaros, esto viene al caso porque resulta que yo tengo una resistencia inaudita a coger una espada y a ponerme a hacer filigranas con ella. ¡Pero inaudita, hasta el punto de que, en ocasiones, he llegado a ponerme enferma (enferma físicamente, con síntomas de la más variada expresión).
¿Qué lleva, qué motiva a una persona que siente una resistencia interna atroz hacia determinado tipo de actividad, a sobreponerse diariamente a este complejo inconsciente, y no sólo practicar la disciplina de la que se trate, sino a seguir y seguir con ello hasta transformarlo en un motor de movilización interna y transformación personal?
Como dije antes, valgo más por lo que callo que por lo que cuento... Mi motivación interna es muy poderosa, y yo sé muy, pero que muy bien, qué es lo que me impele a sobreponerme a ese trauma visceral y tan profundo, en el caso del iaido... Siempre digo que la única diferencia entre servidora y la mayoría de las otras personas es que usualmente siempre acabo averigüando qué es lo que me ocurre "en las traseras", a nivel inconsciente.., mientras que los demás se quedan en el rechazo, en el trauma, en la imposibilidad o en la resignación.
Pero servidora, con un Plutón/Marte/Mercurio/Sol conjuntos en la Casa XII.., ¡ni de coña! ¡Ja!
Así que aplico.., me aplico a mi misma la Mordedura Tajante, que tan encarecidamente recomiendo a mis clientes cuando me preguntan qué deben hacer para cambiar su vida.., ¡y adelante, como los de Alicante!
Muchas veces, en la vida, no es posible mirar hacia otro lado y esconderse... Muchas veces no vale con meter la cabeza en la tierra, como decían que hacen los avestruces, ni existe la opción de salir corriendo. Es bastante habitual que no tengamos otro remedio que hacer caso a estos "mandatos internos" que parten desde adentro, desde la soberanía más absoluta de nuestro Ser Espiritual y que, aunque nos parezca mentira, son los que verdaderamente importan.
... Que la cosa da miedo, está claro. Pero, ¿acaso no da más miedo el permanecer indefinidamente en una cárcel del alma que quizá, y sólo quizá, con un poquito de coraje, de voluntad y de energía, podríamos romper?
Ahí lo dejo, para que lo reflexionéis, si gustáis... Mientras tanto, ¡muchos besotes, y buen comienzo de curso a todos y a todas!
¡Un abrazo!
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