Ahora que una compañera del hilo lunar (gracias, Pitirola) me ha comentado que en una carta de tarot me asociaba a mí con el color naranja, me he dado cuenta de lo mucho que me gusta usualmente este color.
Y también, de lo mucho que me gusta en este tiempo disfrutar de la belleza, colorido y majestuosidad hortícola de.., ¡las calabazas!
La calabaza es el fruto en baya de la calabacera, y pertenece a la familia de las cucurbitáceas. Esta familia comprende unas 850 especies de plantas, en su mayoría herbáceas, trepadoras o rastreras, que producen frutos grandes y protegidos por una corteza firme.
Aunque algunas fuentes afirman que su origen está en América, parece ser que la calabaza es una hortaliza originaria de Asia Meridional. Numerosos autores antiguos citan a la calabaza en sus escritos, y se sabe que su cultivo ya se producía entre los hebreos y egipcios.
En un principio, la calabaza se cultivaba para el aprovechamiento de sus semillas, más que para ser consumida como hortaliza. Pero esta costumbre fue desapareciendo a medida que surgieron variedades con más pulpa y sabor más afrutado. Su consumo se extendió desde Asia hasta América Central y, a partir de allí, llegó tanto al sur como al norte de este continente. Sin embargo, no fue hasta el siglo XV que los españoles introdujeron la calabaza en Europa, donde se propagó en mayor medida por los países de clima más cálido.
He paseado por Madrid estos días, y en numerosas fruterías y tiendas de floren venden ya todo tipo de calabazas decorativas, bajo el epígrafe "calabazas de la suerte". Y es que esta hortaliza tiene mucha relación con los festejos que se celebran en esta época del año. Todo empezó al otro lado del mar: los jardines de las casas de EEUU se ven adornados todos los 31 de octubre por la noche con grandes calabazas con rostros terroríficos, los cuales son resaltados con luces que se encuentran en su interior para mostrar sus ojos, narices y bocas malévolas...
Pero, ¿por qué una calabaza?
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"Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo, en un pequeño pueblo irlandés, había un monje llamado Jack. Jack, según algunas leyendas, era un tipo alto y delgado, al que le gustaba gastar bromas y hacer maldades. Pero era un hombre astuto, y tanto lo creía él, que hasta hizo un pacto con el Diablo. El pacto, cuentan, consistía en que el Diablo no lo dejaría ir al Infierno si Jack hacía el mal en la tierra. Y así fue. Pero Jack era mortal, y como a todos los mortales le llegó su hora. En el cielo no lo dejaron entrar: no podían dejar entrar a un ser tan malo, y claro, en el Infierno el Diablo cumplió su parte y no le dejó pasar; pero dio a Jack una linterna, una peculiar linterna en compensación por todo el mal causado. Esta linterna consistía en un nabo hueco con un carbón, que sería incandescente por siempre. Y desde entonces, se cuenta que Jack (conocido por "Jack of the Lantern", "Jack el de la Linterna") deambula por el mundo con su linterna, en busca de un lugar donde descansar".
La verdad es que ésta es una versión de la conocida leyenda de "Jack of the Lantern" (o "Jack-o-Lantern"), pues existen infinidad de variantes... Por ejemplo, existe otra variante de la leyenda en la que Jack hizo una broma al Diablo: le hizo trepar por un árbol seco, y aquel quedó encerrado en su tronco. A cambio de su libertad, el Diablo le tendría que dejar de tentar con la bebida. Y claro, como había sido una persona que había cometido malas acciones, y como el Diablo en venganza por la broma no le dejó entrar al Infierno, se quedó por "ahí", vagando eternamente con su linterna.
Pero la linterna era un nabo, entonces... ¿de donde viene la calabaza?
Cuando llegaron los primeros colonos ingleses e irlandeses a EEUU, tenían la tradición del nabo, pero se encontraron con la calabaza en aquellas tierras. Ésta ofrecía mejores características que el nabo: en primer lugar es más grande que un nabo y se puede introducir una vela, dando más luz; en segundo lugar, proporciona más alimento; y en tercer lugar, es más vistosa. Existe también la leyenda de que se recorta la calabaza en forma de monstruo y se enciende una vela dentro para que Jack, "Jack el de la Linterna", no se acerque a esa casa, empuñando su eterna luz para ver en las tinieblas.
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La calabaza tiene mucha relación con el tradicional juego infantil de Halloween "truco o trato", obviamente. Originalmente, el "truco o trato" (en inglés "Trick-or-treat") era una leyenda popular de origen céltico, según la cual no solo los espíritus de los difuntos eran libres de vagar por la Tierra la noche de Halloween, sino toda clase de entes procedentes de todos los reinos espirituales. Entre ellos había uno terriblemente malévolo que deambulaba por pueblos y aldeas, yendo de casa en casa pidiendo precisamente "truco o trato". La leyenda asegura que lo mejor era hacer trato, sin importar el costo que éste tuviera, pues de no pactar con este espíritu (que recibiría precisamente el nombre de Jack O'Lantern) él usaría sus poderes para hacer "truco", que consistiría en maldecir la casa y a sus habitantes, dándoles toda clase de infortunios y maldiciones como enfermar a la familia, matar al ganado con pestes, o hasta quemar la propia vivienda. Como protección surgió la idea de crear en las calabazas formas horrendas, para así evitar encontrarse con dicho espectro (y con el tiempo, debido a la asociación mental entre el espíritu y las calabazas, el nombre de este sería dado a ellas, que es como son conocidas hoy día cuando llega esta fiesta).
En la actualidad, los niños se disfrazan para la ocasión, y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta, los niños pronuncian la frase "truco o trato", "dulce o truco" o "dulce o travesura". Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta.
El recorrido infantil en busca de golosinas probablemente enlace con la tradición neerlandesa de la Fiesta de San Martín.
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En fin: que durante unos días vamos a tener calabacitas para dar y tomar. A mí no me molesta, porque están muy ricas, y porque las recetas dulces que se llevan a cabo con ellas.., ¡están de muerte, y nunca mejor dicho!
Y para muestra, un botón.
¡Que os aproveche, hermosas y hermosos! ;-)
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