jueves, 29 de julio de 2010
Atardecer
Amigos, me voy. Me marcho de vacaciones, que ya estoy muy cansada. El año termina siempre para mí en agosto, no cuando suele celebrarlo la gente, en Nochevieja... Éste ha sido un año largo y duro, durísimo, para mí. De los de recordar y echarse a temblar, desde luego ;-)
Me voy a hacer una cosa que no tengo costumbre: descansar. O sea, en otras palabras, no hacer nada. Ójala pudiera cogerme aún más días de vacaciones, pero no es posible. Necesito unas largas, laaaargas vacaciones para poder recuperarme y seguir con mi vida.
En fin.., serán unos días donde no voy a pensar en nada. No quiero, no debo. Hay muchas historias rondando por mi vida, muchos caminos que limpiar de abrojos, muchas malezas que depurar. No está el cuerpo para bailes, diría yo... Tendré luego, en septiembre, que plantearme muchas nuevas cosas, pegar empujones a diestro y siniestro, cambiar el estado de mi realidad, avanzar, sortear trampas del destino que ya están caducas...
Pero ahora, no: ahora es tiempo de silencio.
Y lo más probable es que me desvanezca en el silencio, porque quiero estar en paz. Quiero estar en paz conmigo misma y con los demás. Como decía mi profesora de yoga, "cierra tu corazón y tu estómago; no permitas que los demás te parasiten, que obtengan energía a través de ti". Eso haré. He gastado mucha, mucha energía en proyectos, visiones, sueños y anhelos ajenos... Bueno: era justo, y era necesario. Y así había de ser para purgar viejas purgas, viejos dolores, viejos terrores...
Más hay que retomar ya las riendas de la vida. ¡El tiempo ha llegado! Y si los demás no lo entienden, peor para ellos. El proceso, el mecanismo, es imparable, y nadie puede intervenir en él.
Uno no obtiene la libertad mientras alimente los sueños de otros... Parece triste, parece fuerte decirlo, incluso políticamente incorrecto.., pero es así.
¿Dónde está mi sueño?
Oh.., el otro día lo vi en mi mente. Era un sueño de colores luminosos, dorados, como el sol que se pone en esta fotografía. Aparecían en él miles de flores, de frutos, de árboles cargados de hojas. Dos golondrinas volaban entre la maleza, felices. También apareció un dragón blanco: el Fújur de la "Historia Interminable", muy probablemente; el dragón de los ojos de color rubí, que traía siempre la buena suerte consigo.
El sufrimiento, el dolor, nos enseñan.., pero permanecer demasiado tiempo en el sufrimiento y en el dolor nos arrebata la dicha, la plenitud y las posibilidades de mejora, de cambio. Nos vuelve duros, insomnes, tercos, dolientes, apagados, duros y estériles. Y yo no quiero convertirme en un ser así. Demasiado he visto cerca de mí, a mi alrededor, a personas de ese tipo, completamente agostadas por el sufrimiento. Pero yo, no; he luchado demasiado, he ido demasiado lejos como para dejarme vencer ahora, en el último asalto.
... Porque éste es, sin duda, el último asalto... Lo presiento, lo noto, lo huelo, lo veo.., soy como una roca que golpea el viento en un acantilado. El huracán me susurra al oído señales y palabras de los hechos que están por venir. Siempre fue así. Siempre ha sido así, conmigo...
Vacaciones. Paz. Silencio.
¡Descansad todo lo que podáis! Nos vemos en septiembre, si Dios quiere y los Hados nos son propicios :-)
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2 comentarios:
Perfecto.
Hermana: ayúdame.
Ven a mí a través de las sombras de todos los Infiernos, y dime cómo se sale de éste en particular.
... Ana...
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