Hoy el Espíritu está inquieto: hoy se siente resoplar el aliento de la Oscuridad en nuestras almas, en nuestros corazones... Hoy, 31 de octubre de 2013, es Samhain, es Halloween: la Noche de Difuntos de toda la vida aquí, en España.
Desde el profundo amanecer de los tiempos, el ser humano ha sacralizado los cambios estacionales, de los que dependía, en la mayoría de los casos, su supervivencia. Estos rituales, que iban y venían en cada estación, eran como una especie de antídoto contra el miedo a la Muerte. Conjurar a lo que el hombre percibía como el Mal, como las fuerzas de la Oscuridad, era imprescindible para mantener la coherencia y la estabilidad de las distintas sociedades que han conformado la Comunidad Humana.
Nuestros amigos los celtas celebraban por estas fechas el final del verano... Los romanos también tenían diversos mitos relacionados con los muertos, ya que eran muy supersticiosos. Sus costumbres les llevaban a ofrecer leche, vino y miel a sus difuntos, para aplacarles y que les fueran favorables. Incluso llegaban a enterrar manzanas en el suelo y a invocar a la fecundidad de la Tierra (que se ponía en duda debido a la amenaza del largo invierno que ya se vislumbraba), y se encendían luminarias para guiar a los difuntos en su camino hacia la Eternidad.
En cuanto a los celtas, era ahora cuando recogían "la tercera cosecha" de frutos de la tierra, y empezaban su año. Ellos creían que, precisamente esta noche, los espíritus de los muertos eran capaces de cruzar la leve línea que separa El Otro Mundo de éste. Pensaban que los muertos durante el último año regresaban para visitar a sus parientes, e incluso que podían poseer los cuerpos de los vivos para llevárselos "al otro barrio".
Durante muchos, muchos años en España estuvieron de moda tradiciones relativas a este día, como la visita casi obligada a los cementerios, los buñuelos, D. Juan Tenorio y su espíritu moralista... En el mundo anglosajón surgió el sincretismo cristiano-celta, y surgió el fenómeno de Halloween, que todos conocemos bien ya.
La Víspera de Todos los Santos, que es hoy, era considerada un momento en el que toda suerte de espíritus malignos podían surgir de las entrañas del Inframundo para aterrorizar a los mortales... Fantasmas, brujas, calabazas, muertos vivientes y otras yerbas forman parte ya de la iconografía más clásica y terrorífica del momento. Hoy en día en nuestras tierras, por ejemplo en Galicia, sobreviven tradiciones milenarias.., como el hecho de cocer castañas con anís para que las ánimas del purgatorio se alimenten, y se les encienden lamparillas para que alcancen por fin la luz.
El que las almas vuelvan en esta noche del Más Allá, para rememorar tiempos ya pasados, me sugiere una cosa: la vida está aquí, ahora, en esta tierra. ¡No en el pasado, no en lo que ya no existe! Con el espíritu del Fénix, volveremos a resurgir de nosotros mismos, volveremos a retomar nuestro antiguo espíritu, volveremos a ser los que éramos (inocentes, puros, fuertes, alegres) a pesar de todo: a pesar de las traiciones, a pesar de los errores, a pesar de los dolores, a pesar de la muerte.
Despojémonos, en esta Noche de Difuntos, de todo lo que no puede sanarse.., de todo lo que no puede curar, de lo que no desea ser sanado. Despojémonos de todo lo podrido, de todo lo que nos pesa y no nos deja avanzar, de todo lo que nos hace daño... Y creemos una nueva realidad desde la perspectiva de los deseos más poderosos y más hermosos de nuestro Espíritu, a salvo de aquello que ya no queremos y ya no podemos ser.
¡Feliz Halloween para todos/as! ¡Pasad muy buena y feliz noche!
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