jueves, 10 de marzo de 2011
Ginkgo Biloba: el fósil viviente
"Las hojas de este árbol, que del Oriente
A mi jardín ha venido, lo adornan ahora...
Un arcano sentido tienen, que al sabio
De reflexión brindan materia obvia.
¿Será este árbol extraño algún ser vivo
Que un día en dos mitades se dividiera?
¿O dos seres que tanto se comprendieron,
Que fundirse en uno solo decidieron?
La clave de este enigma tan inquietante
Yo dentro de mí mismo creo haberla hallado:
¿No adivinas tú mismo, por mis canciones,
Que soy sencillo y doble, como este árbol?"
Goethe.
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Hola, amig@s: hoy quiero hablaros de una de las especies vegetales más fascinantes de la Tierra: el árbol dek ginkgo.
Se trata de una especie vegetal que lleva con nosotros desde la prehistoria, y que durante muchos, muchos siglos, ha llamado la atención de las personas a todo lo largo y ancho del planeta. Incluso existió antes que el ser humano, ya que los primeros fósiles de esta especie datan del periodo Pérmico, es decir, hace unos 270 millones de años.
El nombre científico de esta plata es Ginkgo Biloba, y proviene de Asia Oriental. Las primeras noticias sobre este árbol único datan del siglo XVII, de la mano del doctor y botánico Engelbert Kaempfer, quien informó sobre el gingko en uno de sus viajes desde el este de Asia a Europa Central.
Según dicho científico este árbol, de nombre japonés, debía llamarse ginkyo ("albaricoque plateado"), pero debido a un error de impresión, actualmente se le conoce como ginkgo. El árbol, realmente, no tiene su origen en Japón, pero posee una larga tradición por su valor simbólico, muy especial. Este majestuoso árbol se encuentra actualmente en la mayoría de los templos asiáticos, y en casi todos los santuarios y lugares de culto.
Todavía no está claro cuál es el origen real del ginkgo... Se han encontrado fósiles en Europa de antes de la Edad del Hielo, y en China se encontró su "nicho ecológico"... Según las fuentes chinas más antiguas, las primeras referencias a este árbol datan del siglo XI, y lo sitúan en el valle del río Jangtse.
El árbol llegó a Europa alrededor de 1730, y se dio inicialmente en los Países Bajos... En el Jardín Botánico de Utrech tuvo lugar la siembra de los primeros cultivos. En el año 1785 se plantó un ginkgo en la entrada del Jardín Botánico de Leiden (Holanda), y en la actualidad este longevo árbol sigue siendo objeto de admiración. Desde finales del siglo XVIII, el ginkgo empezó a ganar popularidad, debido a la sencillez de su cultivo y a la forma inusual de sus hojas, que como podéis ver en la foto, son bastante originales.
El ginkgo es un árbol que alcanza considerable edad. Los ejemplares más antiguos en Europa tienen más de 200 años, y aún no muestran síntoma alguno de vejez. En Japón existen ejemplares con un tronco de unos 5 metros de diámetro, por lo que se les calcula una edad aproximada de 1000 años. Así pues, esta especie vegetal ha debido de ir viendo evolucionar a la Humanidad prácticamente desde la Edad de Piedra, y por eso es que se le denomina "fósil viviente".
Mientras tanto, este árbol se va extendiendo por el mundo, y actualmente se le puede encontrar en muchos países como planta ornamental. Su gran resistencia y su constitución robusta le permiten resistir todo tipo de plaga. Un ejemplo importante es el de Hiroshima: la primera señal de vida que se detectó después de la bomba atómica fueron los brotes verdes de las hojas de un ginkgo.
El árbol es inmune a las toxinas ambientales, e incluso puede prosperar en las zonas céntricas de grandes ciudades muy contaminadas. Quizá sea ése el secreto de sus importantes propiedades para la salud: hoy en día sabemos que en sus hojas se encuentran sustancias que no existen en ninguna otra planta, y que pueden ser de gran ayuda en la aplicación médica. Algunas de sus propiedades son mejorar la producción de energía de las células nerviosas del cerebro, aumentar su rendimiento y fortalecer su resistencia. También estas sustancias protegen de posibles interferencias en las fábricas de energía del cerebro.
Gracias a estas propiedades del árbol, incluso células dañadas pueden llegar a ser regeneradas. Así, la toma de extracto medicinal de ginkgo puede activar la concentración mental, reforzar el rendimiento de la memoria, y dar más energía al cerebro cuando la capacidad de éste se encuentra en declive. Además, es capaz de activar la circulación sanguínea, proporcionando un mayor flujo de sangre al organismo, y mejorando, así, el aporte de nutrientes y de oxígeno.
Este árbol único en el mundo, sin parientes vivos, mejora pues la pérdida de memoria, el cansancio, la confusión, depresión y ansiedad, fundamentalmente en los ancianos... También hace más eficiente la irrigación al corazón y las extremidades. Reduce la tendencia de las plaquetas a aglutinarse, disminuye el riesgo de trombosis, previene las crisis cardíacas, y es efectivo a la hora de neutralizar los radicales libres, responsables del proceso de envejecimiento.
¡Un besito, majos! :-)
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