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lunes, 2 de noviembre de 2009

2 de noviembre: Día de Difuntos

Me gusta esta foto. Que ya se cansa una de ver tantas representaciones funerarias funestas en estos días...

Ya tuve el sábado noche mi ración de Halloween, y todo bien, por supuesto. Pero diferencio absolutamente esos juegos de disfraces de la víspera de Todos los Santos, y la honra a los difuntos que aquí, en España, siempre se ha celebrado el 2 de noviembre, la mayor parte de las veces mediante misas. Mucha gente se confunde, porque como el 1 siempre ha sido fiesta, era el día elegido por muchos españolitos para visitar a sus seres queridos en los cementerios. Sin embargo, es el día 2, hoy, Luna llena, Samhain según los celtas, el verdadero día señalado.

El Día de Difuntos es una celebración muy antigua. En el caso de los cristianos, el objetivo de esta celebración es el de orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.

La tradición de asistir al cementerio para rezar por las almas de quienes ya abandonaron este mundo está acompañada de un profundo sentimiento de devoción, donde se tiene la convicción de que el ser querido que se marchó pasará a una mejor vida, sin ningún tipo de dolencia, como sucede con los seres terrenales.

En Francia, la gente de todos los rangos y credos decora los sepulcros de sus muertos en el Jour des morts. En México, esta celebración se combinó con elementos indígenas, y del sincretismo resultó una original celebración en el Día de Muertos, distinta de las otras naciones católicas.
En las zonas andinas de Sudamérica, especialmente en Ecuador, Perú y Bolivia, la costumbre es preparar e intercambiar entre familiares y amigos las guaguas de pan para consumir con la chicha morada, que en algunas áreas rurales son también ofrendas principales en los cementerios.

Ya dentro de nuestras fronteras, en determinados lugares de Castilla existe la creencia de que los difuntos salen de sus tumbas la noche del 2 de noviembre, y maltratan a los vivos que se han atrevido a salir a la calle. En Zamora sigue viva la tradición de la procesión de las ánimas, en la que la cofradía del mismo nombre desfila la noche del 2 de noviembre por las calles del cementerio, mientras se reza el rosario a la luz de las velas. Tal día como hoy, en Galicia, las ánimas asisten a los sufragios de Difuntos que se celebran en las parroquias. En Alicante hay una superstición que consiste en poner velas encendidas en las casas durante los días previos a la noche de Difuntos, para que las almas encuentren su camino.

Un ritual tradicional importante es el que se celebra en Tajuelo, en la provincia de Soria, por estas fechas. Se trata del Ritual de las Ánimas, que se celebró anoche, a la caída del sol del día 1 de noviembre. El toque de muertos de las campanas acompaña al vecindario durante todo el proceso. Hay tres grupos: casados, solteros y resto de población. Los dos primeros grupos son los protagonistas principales, puesto que son los encargados de ir cantando, salteándose las estrofas, el llamado Cántico de las Ánimas, que leen a la luz de las velas en cuatro enclaves de la localidad. Al terminar cada Cántico todos rezan un padrenuestro que inicia el párroco, rezo en el que son acompañados por el tercer grupo, que presencia a unos metros a los dos coros y que porta sobre las manos velas protegidas por botes, calabazas o cacharros de barro agujereados. Al término de cada Cántico resuena por tres veces la campanilla y al finalizar el ritual, el sacristán reparte bollería y vino entre los asistentes.

Lo que no se puede negar es que en España la festividad se ha convertido en un recordatorio de quienes se fueron, y en un disfrute de los paladares de los que seguimos aquí: huesos de santo y buñuelos (en toda España), postre de gachas (en Jaén), castañas asadas (en Galicia y Castilla), arrope y calabazate (en Murcia), rosquillas de anís y patatas asadas (en Salamanca), arroz y talladetes (en Alicante), borrachillos (en Andalucía), panallets ( en Cataluña) y rosaris (en Mallorca) son sólo algunos ejemplos de lo que se cuece por estas fechas.

Me gusta recordar siempre, en este día, aquellas palabras que tan acertadamente pronunció una vez San Agustín:

"Aquellos que nos han dejadono están ausentes, sino invisibles.Tienen sus ojos llenos de gloria, fijos en los nuestros, llenos de lágrimas".

La verdad, me gustaría poder transmitiros sin demasiadas palabras vacías lo que sé realmente de la muerte... Pero aún no puedo ;-)

Personalmente, en esta noche encenderé lamparillas y haré reiki en memoria de los que ya se fueron.

¡Muchos besos!

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