lunes, 17 de noviembre de 2014
El padre usurpador, el niño raptado y otras historias para no dormir
A veces, la solución a un problema está en sitios muy raros. El subconsciente es como una de esas muñecas rusas que se abren, una tras otra, y que hasta que llegas a la última nunca eres capaz de predecir cuántas más habrá. La solución a los problemas de la vida, muchas veces, se localiza ahí abajo: en algún punto indeterminado entre la razón y la sinrazón. El problema es que ni aún los que trabajamos en esto solemos saberlo.
Un bloqueo laboral puede estar relacionado con un trauma estancando en otras supuestas vidas... Cada vez que veo a una persona bloqueada, dando vueltas sobre sí misma como un perro que trata de morderse su propia cola, me preocupo y me pongo en guardia. Si alguien lucha y lucha para solucionar algo, y ves que no pasa a la siguiente fase por más que haga, es que hay un bloqueo (muchas veces, de índole brutal) en su subconsciente. Y la experiencia me ha demostrado que en ocasiones, el trabajo regresivo puede desvelar lazos sorprendentes y, en algunas ocasiones, inauditos.
No puedo dar muchos datos personales porque mi primera misión es proteger a las personas que acuden a este tipo de técnicas... Pero voy a intentar resumirlo: nos hayamos frente a una mujer que se encuentra absolutamente bloqueada en su carrera profesional, a pesar de contar con una larga y consolidada experiencia... Se intenta por todos los medios "disolver" o, al menos paliar dicho bloqueo: la cosa queda en nada, por muchos esfuerzos que yo haga. Recurrimos a la regresión: allí se enfrenta, por así decir, con un drama espeluznante acerca de un hombre que la adopta, siendo ella un niño pequeño, en determinada y supuesta vida pasada, dándole además su apellido.., y con el cual establece una relación extremadamente intensa y complicada, de amor-odio, que acaba con su propia muerte al cabo de unos cuántos años. Tengo que decir que, en todo momento, los sentimientos de mi clienta son intensos, profundos y sumamente vigentes: la lealtad, la ira, el odio y la pasión por este "padre" la sigue consumiendo, como si se tratara de una figura profundamente arraigada en su interior.
Acudo a la astrología, y efectivamente, en su carta natal observo los indicadores típicos de una persona que se enfrenta desde edad temprana a la autoridad con virulencia... Veo componentes relacionados con la figura de un padre ausente, a medias idealizado y a medias odiado, como si ella entrara en competencia directamente con esa figura paterna, o la misma resultara una amenaza para su propia subsistencia (no pierdo en ningún momento de vista que ese padre "postizo", por así decir, fue el que supuestamente la mató, según ella me afirma insistentemente).
Algunos progresos se experimentaron.., pero nada importante, en definitiva. La mujer sigue anclada completamente a nivel laboral, presa de un lazo inexplicable que se encuentra en su mismo interior. Yo sigo dándole y dándole al magín, intentando por todos los medios de ayudarla durante tres laaaaargos años.., con poco éxito, he de reconocerlo. ¡No se me ocurre de qué manera puedo yo "romper el cerco" y producir una evolución positiva en su estado!
... Y aquí es donde entra en juego mi amiga...
No voy a decir su nombre, pero mi amiga es la "caña de España". También llevo laaaaargos años trabajando con ella, y lo que en un principio era meramente una relación de tipo profesional, ha acabado por convertirse en un vínculo de absoluta confianza.Le comento lo que me está pasando, y ella, simplemente (es una persona extremadamente empática y sensitiva, hasta extremos que no os podéis llegar ni a suponer) me señala que el problema que no veo.., ese punto oscuro que representa la clave de la cuestión y que puedo presentir pero no aprehender, es que el teórico padre postizo es, en realidad, un usurpador.
¿Un usurpador? Utilizando sus propios métodos, mi amiga obtiene una información trascendental sobre el caso: ese hombre no adoptó a mi clienta (que en esa supuesta vida pasada, por si no lo he dicho ya, era un chico).., ¡ese hombre robó a mi clienta en algún momento determinado de esa a medias vislumbrada pasada existencia! Mi amiga identifica, mientras tanto, a otra persona que se halla, efectivamente, dentro del círculo de relaciones de mi clienta, y afirma que, si no es su verdadero padre de aquella vida, al menos se le parece sospechosamente. Sabe quién es y sabe que ese individuo protegía, enseñaba, educaba y criaba a mi clienta como un verdadero padre. Es consciente de que era una figura absolutamente benefactora para ella, y me relata una historia más o menos macabea (que tratándose de ella, creo prácticamente a pies juntillas) acerca de que algunos hombres hostiles y armados irrumpen en ese lugar de paz y confianza, raptan al niño por la fuerza, y vete a saber en qué escabechina más se convierte todo. Son las tropas, supuestamente, del usurpador: soldados a sueldo que tan sólo actúan bajo mandato.
Los hechos pueden ser más o menos aproximados: pero la realidad es que mi clienta no soporta la autoridad, porque inconscientemente la relaciona con un padre terrible que acaba por forzarla a hacer cosas que no quiere, que la somete por la fuerza, y al que debe una lealtad inconmovible (podéis aprender más sobre este tipo de lealtades paterno-filiales, leyendo un poco sobre Constelaciones Familiares)... El conflicto amor-odio en su interior es tal, que no logra arrancar en una dirección ni en otra, en lo que a su mundo laboral se refiere. Y es que resulta que mi clienta es una líder: alguien que tiene que sacar afuera lo mejor de sí misma para llevar a cabo iniciativas y proyectos de forma bastante independiente. Como rehúye, se espeluzna y rechaza, en ocasiones con suma violencia, cualquier tipo de autoridad, es incapaz de aceptar su propia autoridad interna en sí misma: aquella que necesita como el aire que respira para llevar a cabo todos sus proyectos.
... Hay mucho trabajo por hacer en este caso tan peliagudo al que me enfrento, y de momento, sigo viendo pequeños avances, pero muy escasos... Mientras tanto, os lo cuento para que veáis de qué manera pueden urdirse, a veces, los dramas más tremendos y los lazos más terribles que nos atan ahí abajo, donde normalmente no podemos alcanzar.., donde usualmente no nos atrevemos a entrar: en el subconsciente.
Y a mi querida amiga, desde aquí quiero enviarla un fuertísimo abrazo y un besote, porque sé que ahora está pasando unos momentos muy, muy malos, y desearía contagiarle toda la inmensa fuerza y el calor que reside en mi interior... ¡Guapa, más que guapa!
Buenos días de lunes por la mañana, amigos/as.
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