martes, 11 de septiembre de 2012
Leones y corderos
El verano no ha pasado todavía, pero las vacaciones, para la mayoría de nosotros, han llegado ya a su conclusión. Vuelvo tras descansar y centrarme, pero también después de seguir estudiando y formándome, de trabajar duro en mi propio crecimiento personal, para ofreceros, en este nuevo curso escolar que ahora comienza, todo lo mejor de mi.
A la vuelta me encuentro con una situación, a nivel social, bastante tensa y preocupante... Desde mi perspectiva se perciben demasiados cambios y adaptaciones, muy rápidos, y no todo el mundo está tomándose las cosas de la misma forma, ni adecuándose al nuevo paradigma en la misma medida. En estos días inciertos lo más aconsejable sería que todos nosotros nos centráramos lo más posible en nuestro fortalecimiento interno, tratando de potenciar en todo momento los pensamientos positivos, así como controlar y aún neutralizar los pensamientos negativos.
Vuelvo a casa, y el bombardeo mediático es fenomenal. La sociedad parece dividida maniqueamente entre buenos y malos, víctimas y verdugos, leones y corderos. Sin embargo, todo es un escenario, una magna obra de teatro, una ilusión. Los cambios (y los grandes, los trascendentales, todavía no han llegado: lo que hemos vivido hasta el momento son tan sólo un aperitivo) están desorientando, machacando, alterando, deprimiendo a mucha, mucha gente. Hay una gran masa social que todavía no es consciente de que los sistemas de producción en nuestra sociedad están fallando; de que el acceso al consumo indiscriminado por parte de millones de personas se ha vuelto insostenible; de que hay países emergentes que pugnan por sustituir a otros que llevan años viviendo por encima de sus posibilidades; y de que el aumento de las diferencias económicas y sociales ya es imparables.
Estamos entrando, casi sin darnos cuenta, en la segunda mitad del temido 2012... El miedo y la incertidumbre está haciendo mella en muchos de nosotros. Todo lo nuevo ya está aquí, y viene tan, tan deprisa, que la mayoría no es consciente y no puede verlo. La crisis económica en los países del "Primer Mundo" pone de manifiesto una sociedad enferma, unas instituciones caducas que han perdido hace tiempo el norte (y que nos lo intentan hacer perder a nosotros), así como el surgimiento, lento pero inquietante, de diversos movimientos de revolución social que siguen empujando para efectuar cambios sobre todo el sistema.
En medio de esta formidable tormenta entre lo antiguo y lo nuevo se nos permite, como siempre desde el principio de los tiempos, el libre albedrío, y ahora puedes elegir con toda libertad entre dos opciones: aferrarte a lo caduco que hay en tu vida, con su falsa proyección de seguridad, o bien flexibilizarte y empezar a derivar hacia la corriente del cambio, mucho menos firme, pero renovadora al fin y al cabo.
Todas las personas que ya llevan años atravesando valles y montañas por los senderos del cambio de conciencia, así como muchos otros que aún no han manifestado ningún interés en estos temas, están experimentando ahora brutales cambios internos y externos... Muchos de ellos me preguntan qué está pasando: si es general, o si es tan sólo un producto de su imaginación o de su complicada situación personal. La gran mayoría, de una forma u otra, por medio de terapias, individualmente o en grupo, incluso por su cuenta, están tratando de encontrar las respuestas.
Sólo avanzo una cosa, que sería algo así como la frase de comienzo de curso que va a definir mi trabajo exterior en los próximos meses: todas las dimensiones están interelacionándose con mayor intensidad, de tal forma que nuestra parte espiritual está susurrándonos directamente en el oído para que nos cuestionemos absolutamente todo lo que hay en nuestra vida que no esté en consonancia con la verdad de nuestra alma.
En fin: como decían los grandes pensadores apocalípticos, no estoy preocupada porque ya se sabe que, al final, el león y el cordero pastarán juntos...
¡Buen regreso de las vacaciones a todos y a todas! ¡Sed bienvenidos! :-D
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