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jueves, 16 de octubre de 2014

La bellota: larga vida y prosperidad





















La bellota es el fruto que dan varios de nuestros más conocidos árboles (roble, encina, alcornoque), y con una larga y legendaria trayectoria a través del imaginario popular. Ha sido apreciada durante mucho tiempo por su simbolismo asociado a la fuerza y a la virilidad, y es un signo ampliamente conocido de regeneración.., además de uno de los más antiguos y poderosos talismanes de protección que exiten.

Muchas culturas, a lo largo de los siglos, han asociado a la aparentemente humilde bellota con conceptos tan elevados como la resistencia, la fuerza, la perseverancia y la paciencia. Se trata de un símbolo relacionado con la vida muy extendido, que hace referencia también a la longevidad y la inmortalidad. En nuestra querida Celtiberia, la bellota ha sido encontrada como amuleto con profusión en numerosos castros prerromanos célticos, incluso adornando los conocidos y míticos torques. Es para mi evidente que la bellota tiene un significado rotundamente asociado a la virilidad masculina por su forma similar al glande.

Cuando la bellota procede de la encina, tiene relación con el tratamiento de dicha especie vegetal como Árbol de la Vida... Como es un árbol que posee una madera casi incorruptible, sus bellotas pasaron a simbolizar la salvación de las almas para muchos antiguos cristianos. Para los caballeros templarios, la encina era sagrada, y junto con la castaña simboliza el Huevo Filosófico (en el cual el trabajo hermético disuelve y cuagula el Conocimiento). Si procede del roble, nos encontramos con el fruto del árbol druídico por excelencia, es decir, del conocimiento místico relativo a los druidas, que veían en él el asiento de la Divinidad. Símbolo masculino por excelencia, la bellota del roble otorga protección frente a los espíritus malignos, libra del poder del rayo y concede rejuvenecimiento, abundancia y poder.

Dentro del simbolismo céltico, la bellota aparece como representante del Rey Roble, la Mital Luminosa del Año (en contraposición con el Rey Acebo, la otra mitad del año celta). La semilla de roble, o sea, la bellota, es precisamente la promesa del retorno del Sol en el Solsticio de Invierno, cuando la fuerza del astro rey haya renacido y los días se hagan otra vez más largos. En toda circustancia, la bellota, sea del árbol del que proceda, es símbolo del poder sexual masculino, y por ello es una clara referencia a la fertilidad. También simboliza la integridad y la robustez.

Cuando la bellota pertenece al alcornoque, árbol épico del cual se extrae el corcho, simboliza la alegría de vivir, los recuerdos de la juventud, así como una forma de ser recia, inasequible al desaliento y poderosamente vitalista... Tiene mucho que ver con el optimismo y con todo lo bueno de lo que puede dotarnos la vida, a poco que nos confiemos a ella. Portar una bellota de alcornoque es considerado siempre como un excelente augurio para el futuro.

En muchos casos, las bellotas tienen un simbolismo asociado con el trabajo. No únicamente referido al ámbito laboral de una persona, sino también al esfuerzo necesario para alcanzar cualquier meta que uno mismo se haya propuesto. Asociada a los beneficios tras el esfuerzo y el duro trabajo, se dice de este fruto que tiene el poder de espantar, por así decir, a los enemigos de nuestros intereses, y que puede representar la suerte a todos los niveles. En general, como amuleto o talismán, la bellota (proceda del árbol del que proceda) te asegurará que, si mantienes la firmeza en el trabajo y sabes guardar para el porvenir, tendrás una vida plena que dará sus frutos en forma de pingües beneficios... Recuerda que siempre van a ser símbolo de salud, fuerza y prosperidad; llevándolas contigo te aseguras que tu familia se hará cada vez más próspera, grande y fuerte.

¡Un besote!