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viernes, 11 de enero de 2013

Miedo en el "corral de los quietos"






















... Desde hace ya mucho, mucho tiempo, me doy cuenta de que están pasando cosas.., muchas cosas...

Pero de todas las cosas que podría enumerar que están pasando, la que me parece más grave es el incremento del miedo en la sociedad.

Hace muy poco que me he dado cuenta de lo grave que es el miedo. Normalmente, le daba la importancia natural, la que le suele dar todo el mundo: es incómodo, molesta, a nadie le gusta vivir con miedo. Me estoy refiriendo, obviamente, a un nivel de miedo digamos "normal", el que tod@s podemos tener en un estado de cosas normal, y en una sociedad normal (no la de ahora, que es profundamente "anormal", y más que lo va a ser). Me refiero al miedo a perder el trabajo, o el miedo a envejecer, o el miedo difuso a no ser amado o a que las cosas no nos salgan bien, en general. No me refiero al miedo en tiempos de guerra, al miedo de las mujeres maltratadas por sus compañeros, o al miedo que se le genera a una persona víctima de "mobbing" en el trabajo, que son bastante graves.

... Pero no era yo consciente de la más oscura, profunda y significativa dimensión del miedo, como agente paralizante, como responsable de nuestros más terribles fracasos. El miedo como expresión de todas las cosas que tenemos guardadas en el inconsciente, y que es el que nos limita, el que nos obliga a actuar en contra de nuestro pleno potencial: el más terrible y poderoso enemigo final, porque lo llevamos dentro.

Mi hermano Juan tiene un modismo muy cachondo para referirse al cementerio: lo denomina "el corral de los quietos". No sé dónde lo ha aprendido, ni de dónde se lo habrá sacado, pero cada vez que antes se lo oía decir, yo sonreía.

... Pero ya no me hace tanta gracia. Sobre todo en cuanto me ha dado por pensar que esta sociedad en la que vivimos (y que por cierto, configuramos, y de cuyo funcionamiento somos co-responsables todos y cada uno de nosotr@s) se parece cada vez más a ese "corral". La gente vive, trabaja, come, duerme, ama, sale y entra, pero a todas horas atenazada por un miedo atroz e insondable... Un miedo paralizante que nos hace permanecer más o menos "quietos", sin rechistar, a ver qué es lo que ocurre.

Lo malo es que, indefectiblemente, lo que ocurre cada vez es peor, como es lógico.

Desde el punto de vista holístico, debo decir que tan sólo muy recientemente he decidido, personalmente, poner punto y final a docenas de mis más antiguos y paralizantes miedos... Es por eso que sé hasta qué punto es jodido que una persona, una sociedad, un mundo entero se encuentre sometido al "corral de los quietos", al dictamen del miedo, porque de ése ya no hay escapatoria. ¡Es como la Zona Muerta! He descubierto, holísticamente hablando, que los miedos residen en un lugar inconsciente de la memoria donde yacen, sepultados por capas y capas de experiencias más recientes. Y que ejercen una influencia considerable, mucho mayor de lo que creemos sobre nuestro presente y nuestro futuro.., aunque todos ellos tienen que ver con un intenso pasado del que la mayoría de las veces ni tan siquiera tenemos memoria.

Por ejemplo, puede que tengas un miedo inconsciente al fracaso. Es posible que ese miedo obedezca al recuerdo inconsciente de algún suceso que tú mism@ ni siquiera recuerdas, pero que te está afectando de tal forma que te paraliza y te impide desarrollar tu pleno potencial. Esto puede hacer que no fragues ninguna relación sentimental con persona alguna, que no consigas el trabajo de tus sueños, que no puedas tener hijos o que no seas capaz de lograr cualquier otra cosa que te propongas (siempre y cuando no haya otras razones, como fisiológicas por ejemplo, que lo impidan, claro).

Esta mañana pasé por Atocha (Madrid) a eso las seis a.m, y vi el monumento a las víctimas de los trenes, aquel que mi hermano jura que se llama algo parecido a "la Memoria de los Ausentes", pero que no se llama así ni mucho menos (se refiere al "Bosque de los Ausentes", y ése está unos pasos más allá, en el parque de El Retiro). Pero ausentes o no, desde luego que en España muchos ya lo parecemos. O reaccionamos, o pronto van a tener que dedicarnos un epitafio, una lápida y quizá un responso. ¡A tod@s!  Es bastante probable que nos los merezcamos, porque desde luego que cada uno crea la realidad desde sí mismo, y entre todos estamos creando una especie de realidad mierdera y paralizante que no comprendo muy bien si es un autocastigo o una venganza.

... En fin: servidora se niega a permanecer sumisa y doliente en esta situación absurda ni un solo minuto más. ¡Tú decides!: o tomas cartas en el asunto, o te sometes al "corral de los quietos". Eso sí, luego no te quejes, porque tu libertad y libre albedrío es sagrado en el Universo, lo creas o no, y nadie va a tener la culpa de tus "paralizaciones" más que tú.

¡Besotes! Y buen fin de semana, majos! :-D

2 comentarios:

juanmoncayo dijo...

Con el miedo se está "curando" al hombre de su libre albedrio,
Siempre que oigo hablar del miedo recuerdo "La anunciación"...María no tengas miedo...
El miedo impide la concepción, "y el mostrar que pues vivimos anunciamos algo nuevo" ...
Afortunadamente el Cristo sigue viniendo,a encarnar, naturalmente.

Luz de Andrómeda dijo...

Eso es cierto! El miedo impide la "generación" de todas las cosas, tambien lo he notado!

Besos, muy buen apunte, feliz año!