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jueves, 8 de septiembre de 2011

Moldavita: libertad interior.

Vino a mi una noche placentera y fragante del mes de agosto, allí en el paraíso que es Cádiz, la provincia con las playas más hermosas de la España de mi juventud...

Yo no la busqué, y prometo que nunca me atrajo ni me llamó la atención. Fue en una nueva tienda de minerales donde la hayé, y de chiripa, porque era el último ejemplar que quedaba. Me pareció rara y cara, y además, no demasiado atrayente, como puede verse en la fotografía.

Las de la tienda me aseguraron que a la moldavita no se la busca, se la encuentra, y que una vez que viene a tu vida, genera tales cambios de forma rápida y concluyente, que ya les contaría yo dentro de un año, si volvía a pasar por allí... No les hice del todo caso: tal y como están las cosas, con la que está cayendo, hoy en día me espero que cualquiera me cuente cualquier milonga, con tal de vender su producto, pero bueno, me la llevé en uno de mis famosos impulsos.

La moldavita es una gema de libertad. Proporciona una amplitud de miras sin límites, y favorece el soñar y la memoria. Doy fe que, desde que la llevo, no he parado de soñar todo tipo de cosas alucinantes, y además, de que me acuerdo de casi todos mis sueños. Esta piedra elimina en el ser humano la sensación falsa de encarcelamiento del alma. Su misma formación es un misterio.

Se dice que, hace unos 15 millones de años, un meteorito impactó contra la Tierra, en una pequeña región de la actual República Checa (de ahí su nombre, por Moldavia)... Al parecer, el calor del impacto metamorfoseó las rocas terrestres circundantes, creando cristales como de vidrio verde. Por eso consideran a esta piedra una fusión de las energías celestiales con las de la madre Tierra. Ha sido usada desde la antigüedad en la confección de amuletos, y no son pocos los que afirman que la célebre Tabla Esmeralda de Hermes era, en realidad, una moldavita.

Para los que les falta "toma de tierra", es mejor usarla con otros cristales, como aragonito, hematites, piedras boji, cuarzo ahumado u ojo de tigre, porque la piedra en sí "despendola" bastante, y nos hace ascender de forma brusca y descontrolada. Tiene una vibración alta y potentísima, abre los chakras de golpe, y comunica mensajes relacionados con la sanación del planeta y de las personas. Trasciende el tiempo, y permite incluso "ir" hacia una vida futura, para ver los posibles resultados de tus acciones en el presente.

La moldavita te ayuda a desapegarte de la preocupación por los asuntos mundanos vinculados con la seguridad en la Tierra, como la falta de dinero o la ansiedad frente al futuro. Contacta con tu propósito espiritual, y fomenta la empatía y la compasión. Ofrece soluciones inesperadas a los problemas comunes, permite acceder a informaciones espirituales a través del intelecto, y libera de las ideas fijas, así como de las órdenes hipnóticas provenientes de una voluntad más fuerte que la tuya.

Según algunos terapeutas, esta gema tiene conexión con los egipcios y con la estrella Sirio, así como con la constelación de Orión (cosa que en principio no descarto, habida cuenta de mi trayectoria). Los tibetanos la conocían y la denominaban "perla de fuego". Hay que tener cuidado con no limpiarla con sal, porque su dureza es poca, y podría rayarla. Para los que siguen las corrientes de la astrología maya, la moldavita se asocia a la Tormenta, que representa una transformación profunda, con limpieza y cambio a todos los niveles. Sus efectos pueden ser suaves, pero en la mayoría de los casos, son abrumadores.

Yo he notado perfectamente que pone al descubierto las limitaciones que hemos impuesto en nuestra vida y desarrollo, que trata de destruirlas, y que nos lanza de cabeza hacia nuestro destino espiritual. Para los que los controlen, que no es mi caso, es una piedra interesante para completar reveladores viajes astrales. Llevarla puesta todo el día, como una joya y especialmente a la altura del corazón, potencian según dice una serie de sincronías beneficiosas en nuestra vida diaria.

Interesante lo que me dijeron en la tienda, y es que, cuando uno la lleva puesta, su altísima concentración energética impide que las energías negativas o las entidades de baja frecuencia se nos peguen. Bueno: he de reconocer que yo me la tengo que quitar de vez en cuando, porque me abruma, pero es innegable que, por sus potentes cualidades de transformación, tiende a desconectarnos de lazos insanos y a atraer personas y situaciones que nos harán progresar en nuestra evolución.

... Ya os contaré cómo me va con ella dentro de un tiempo, porque le tengo mucho respeto a esta piedrita.

¡Besotes!

2 comentarios:

Unknown dijo...

La moldavita está sacando a la luz miedos, limitaciones e inseguridades que en algunos casos creía ya superados y eso desconcierta un poco. Pero a la vez me doy cuenta que en cualquier práctica espiritual me siento vibrar más, me noto más centrada y más conectada que nunca. Yo también he notado sus efectos a la hora de soñar, ya que casi todos los días recuerdo qué he soñado y mis sueños parecen auténticas películas con guiones muy elaborados. Aunque recomendaría cautela a la hora de usar la moldavita porque a pesar de la enorme sintonía que se pueda sentir con la piedra, a veces sus efectos no son precisamente llevaderos...

Unknown dijo...

La moldavita está sacando a la luz miedos, limitaciones e inseguridades que en algunos casos creía ya superados y eso desconcierta un poco. Pero a la vez me doy cuenta que en cualquier práctica espiritual me siento vibrar más, me noto más centrada y más conectada que nunca. Yo también he notado sus efectos a la hora de soñar, ya que casi todos los días recuerdo qué he soñado y mis sueños parecen auténticas películas con guiones muy elaborados. Aunque recomendaría cautela a la hora de usar la moldavita porque a pesar de la enorme sintonía que se pueda sentir con la piedra, a veces sus efectos no son precisamente llevaderos...