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viernes, 11 de febrero de 2011

La jocosa parábola de la niña tonta

Ayer me pasó una cosa de las más bizarras que me han ocurrido últimamente... Volvía de comprar mis medicinas, con paso cansino y vacilante, lento, porque estaba sumamente mareada y con arcadas, y temía caerme al suelo. La cabeza gacha, los hombros adelantados.., vamos, que no era precisamente yo la estampa del éxito, la salud, la juventud y la felicidad en su plenitud.

En esto, que vi delante de mi a una mocosa como de unos 9 años, no más. La mocosa en cuestión iba arrastrando uno de esos troley bestiales que los niños cargan últimamente para ir a sus clases (¿qué les enseñan, todo el peso de la Ley? No sé...). En fin: la niña iba andando delante de mi cansinamente, como yo misma. Pero mi paso, aunque lento, era más largo, así que, a mi pesar, y sin hacer ningún esfuerzo, lo juro, le di alcance. Cogí el móvil, para ir borrando algunos mensajes mientras tanto, aprovechando que íbamos por una acera en la que yo, para adelantarla, hubiera tenido que correr más, y no quería. ¡Imaginen el espíritu de competición con la criatura que llevaba yo en aquel momento!

Aún así, me puse a su altura sin querer. ¡Y oh, astucia, que de repente la acera se estrechó, y no había forma de que pasáramos las dos a un tiempo, como había podido ocurrir tan sólo hacía unos minutos! Entonces, yo que ya estaba prácticamente rebasando a la niña, a pesar de mi cansino accionar, me quedé alucinada viendo como aquella petardilla ya en ciernes trataba de acelerar el paso, con cara de mala leche, sin duda molesta porque la había alcanzado y adelantado. Miré de reojo, y al principio me dije "Fátima, no alucines, que ya estamos otra vez con lo mismo". Así que bajé la vista y seguí a mi paso. Pero al volver a mirar de reojo, vi que sí, que síiiii: que la mierdecilla aquella, que por cierto tenía una cara de mala leche que no se la he visto ni al Diablo de Tasmania, apretaba los labios, tirando de su jodido troley, intentando adelantarme, como si de una carrera de cuádrigas se tratara.

Y ahí me salió el jaguar. Se me pasó de golpe el mareo, la vacilación, la cansinez, el dolor de cabeza, las bascas, el malestar de la gripe y la flojedad. Me erguí en toda mi estatura, saqué pecho, aceleré mi paso a toda potencia, y no pude evitar mascullar en voz muy alta "Jodidos críos: si son tan idiotas de niños, cómo serán de mayores".

Llegué a mi casa mohína, pensando qué diantre de cosa extraña que yo emano hace siempre que, aunque me mantenga en un perfil bajo, aunque no opte por la confrontación, aunque no levante la cabeza, siempre haya algún o alguna "inspiraos" que se empeñe en enmendarme la plana, darme la contra, llevarme la contraria, tratar de "aleccionarme", o cosa similar. ¿Es que está tan aburrida la gente, es que nos pasa a todos, o es que hay mucho envidioso y desocupado por ahí, o qué de qué?

Gracias a Dios (y no lo digo en broma, sino en serio), a la noche se me ocurrió otra explicación del bizarro evento, y ahora me lo tomo como una "señal". Me di cuenta de yo era más, mucho más fuerte que aquella niña. Y ella, a pesar de eso, y de que lo sabía, había tratado de entrar en competencia conmigo, y se la notaba resentida, celosa y cabreada... Pero yo, que era quien soy y sigo siendo, y quién seguiré, no tuve más que sacar afuera un ápice de mi fuerza, de mi propia energía vital poderosa, de mi propia garra privada y personal, para dejarla atrás en un abrir y cerrar de ojos. Así pues, es lo que debía y debo hacer a partir de ahora en mi vida: en vez de enfrentarme a pigmeos o a gente que son como niños para mí, la cosa es bien sencilla. Basta con sacar un poco, tan sólo un poquito de mi enorme fuerza, y dejarles atrás con su competencia, sus celos, sus manías, sus horrores y terrores y sus desdichas.., y sus jodidas maletitas llena de vete a saber qué pesos terribles, de odio, tristeza y frustración aburrida, a cuestas.

Moraleja de la parábola de la niña tonta: ahí os quedáis, majos/as. Vuestra envidia, vuestros celos, vuestra ignorancia y vuestro conflicto no son los míos. Que os vaya muy bien con las cargas que cada uno hayáis querido arrastrar, que yo ahí no me meto más.

Hay gente que al poder le llama "grandilocuencia".., en cambio yo a la cobardía no la llamo "diplomacia".

Buen fin de semana, amigos.., ¡hasta la próxima semana! ;-)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

el instinto.......!!!!!!!!!!!!
muy buena ya te veia yo compitiendo... por al canzar la meta. y me partia mientras leia.
mujer eres una competidora nata........
a mi me pasa mucho eso con la bici...
yo llevo muchos años llendo en bici....
ahora es un bommmm pues se ponen a competir....... y algunos como locos a muchos los dejo ir con su locura ni me preocupo.......
pero se da que sabe mas el diablo por viejo que por diablo y se justo los puntos donde ahi que poner mas pierna en una subido....... o como juegan los semaforos o donde hacer determinadas maniabras..... y quedan atras.........
pero me a encantado tu experiencia...
si vas en bici eso es adiario.....y te das cuenta perfectamente.....
con el coche ocurre algo parecido......
pero cuando ahi que poner pulmon....
la intensidad crece.....
jajajajaj
feliz finde
besitusssss

Luz de Andrómeda dijo...

Que nooooo! Te doy mi palabra que yo no competía... ¿Pero cómo voy a competir con una mocosa?

Pues hijo: si es a diario, y te pasa con la bici, francamente, creo que el mundo va aún peor de lo que nos creíamos.

Me lo estoy imaginando, las carreras por las Ramblas deben ser de miedo.


XDDDD pa habernos matao!

Besooootes!!

Anónimo dijo...

Me encanta leerte Andrómeda porque te pasan cosas (y las contás con una espontaneidad y gracia!!!) cosas que a mí no me han pasado nunca, me doy cuenta que soy muuuy distraída y nunca miro a la gente desconocida, salvo que me empuje y presto mucha atención a mi cartera porque sabés que acá se roba mucho.
Después de esta reflexión mia muy parcial y viendo que la anécdota te lleva a otras elucubraciones de tu entorno que no entiendo, me pregunto cómo es posible que sientas que alguien puede cargarte algo, se te ocurrió a vos sola o alguien te sugiere esas ideas alocadas?
A vos nadie te puede poner encima algo que no quieras Andrómeda, que sos muy fuerte, muy alta y muy rápida.
Besos
Gloria
encima

Anónimo dijo...

jajaja, me quedó un encima al final que gracioso!!!
parece que dijera que estoy encima,
bue...aquí se interpreta como no te quito el ojo, y un poco es verdad.

Luz de Andrómeda dijo...

No Glois: nadie me sugiere mis ideas... :-)

Gracias por los comentarios, y lo mismo digo, un besazo wapa!